sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

domingo, 7 de octubre de 2012

La cosas de palacio...

Hola teclas, hoy hablaremos de un blog que me ha gustado desde el principio, será por algo, será por otra cosa, pero me gusta, a ver que os parece 


Erase que se era un ayuntamiento, como tantos y tantos ayuntamientos de nuestro país, tantos y tantos estamentos públicos del mismo , no está muy claro si están para servir al ciudadano o para hacer que la cosa más nimia, se eternice en el tiempo sin dar ninguna solución, ni siquiera respuesta al iluso que cree que las cosas se arreglan hablando con el susodicho estamento.

Esta es la historia, una tontería en el fondo, pero que demuestra que si de la cosa más tonta los concejales , de cualquier partido, no vamos a hacer diferencias, llega un momento en el que dan la callada por respuesta sin , como no podía ser de otra manera.

Allá por el mes de julio, tras estar soportando picotazos de arañas y otros insectos, que pasaban sin mucho esfuerzo desde una rama cercana de la ventana de mi dormitorio, decidí hablar con el ayuntamiento , iluso de mi, confiando en que este hablara con los jardineros para que recortasen dicha rama.

Tras consultar, en "información" muy amablemente me hicieron rellenar una instancia.

Pasaba el tiempo, un día, otro, una semana...

Cuando ya eran más de 10 días los transcurridos, volví al ayuntamiento para realizar otra gestión. La solución entonces era que yo fuera al almacén de los jardineros y hablase en persona con los funcionarios, eso o esperar...

Un día por casualidad, me encontré con una cuadrilla de jardineros y les comenté el tema.

Ellos muy amablemente dijeron no saber nada del tema, pero que haciendome un favor iban a pasar a ver que se podía hacer.

El tiempo siguió pasando, otra semana y nadie decía nada.

Decidí entonces mandar un correo electrónico, ese mismo día, eso si que es celeridad, me respondieron que el jefe de jardinería lo había visto y desestimado, porque según él hab´´ia más de tres metros desde la rama a mi ventana . ¿será que las arañas que me picaban son arañas voladoras? Pues no, es que no llega ni al metro y medio, comprobado y fotografiado.

Por lo que les respondo que eso no es cierto, les mando fotos que lo demuestran y me dicen que se las van a pasar al arquitecto ¿?¿?¿?¿?

Sí, yo tampoco entiendo que tiene que ver un arquitecto con todo esto, pero así fue.

Volvía a pasar el tiempo, ya estábamos en septiembre, ya me da lo mismo lo de la rama, porque el frío empezará pronto, las arañas morirán o invernarán, la ventana estará cerrada, pero ya es una cuestión de amor propio.

Voy al ayuntamiento, y hablo otra vez con información, de allí me remiten a urbanismo, subo y resulta que me dan cita personal con el arquitecto para hablar del tema... Todo un arquitecto para discutir conmigo porque no me ha querido un jardinero cortar la famosa ramita.

Vuelvo más tarde y no me esperaba el arquitecto, me esperaba él y un ayudante ... se ve que estamos sobrados de medios.

En la reunión la verdad es que no se me dice nada nuevo, que se hablará de nuevo con el jardinero, y que me llamarán... para eso una hora larga del tiempo de dos funcionarios que pagamos entre todos.

A día de hoy, 4 de octubre , dos meses después de la primera instancia. Sigo sin saber si mi rama seguirá ahí, si el año que viene tendré que empezar a mandar instancias desde enero para ver si allá por julio podan la famosa rama.

Da gusto el caso que te hacen en un ayuntamiento deficitario, con un montón de gente trabajadora, pero que no son capaces de subir a una simple escalera y cortar una rama.

Creo que me hubiese salido más rentable tomar "la sierra" por mi mano y haberla cortado yo mismo, claro que seguramente me hubiera pillado la policía local y me hubiera denunciado por destrozar patrimonio natural urbano.

Mientras seguiré esperando, solo por cabezonería a ver si dan señales de vida, mandando correos cada cierto tiempo, llamando hasta que por fin, por pesado decidan a dar señales de vida.

Por cierto, otro día hablaremos de la desaparición de más del 50% de los bancos de mi plaza , una pregunta a la que el señor arquitecto y su acompañante tampoco fueron capaces de dar una respuesta.

Hasta luego teclas, otro día os cuento más cosas.

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