sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

miércoles, 24 de julio de 2024

El cubo Blanco. Capítulo 14

 Capítulo 14

Estrella, era huérfana desde hace solo dos años, tenía ahora 25 y sus padres murieron, ambos, en un accidente de coche, un día lluvioso, cuando su coche salió de la vía en la autopista, dando varias vueltas de campana, sin que ningún otro vehículo estuviese implicado.

Se habló de exceso de velocidad, de mal estado de los neumáticos, de la carretera, no se sabe, pero esa noche, los padres de Estrella y de la adoptada Mila, dejaban este mundo, y con él, una de las empresas más grandes de España de fabricación y venta de galletas.

Estrella, tras la muerte de sus padres decidió dejar todo en manos de su tío, que gestionaba la fábrica y Estrella vivía una vida "normal" de estudiante en Jorgebro, compartiendo un piso de dos habitaciones con María, una joven estudiante universitaria, alocada como todas las de su edad, pero buena gente, que fue la primera en responder a su anuncio del tablón de la universidad.

Mila mientras tanto se había mudado a una pequeña ciudad del sur de España, donde, como decía ella, vivía su vida, sin problemas económicos, disfrutaba del clima, de su Soledad.
Desde que, con 4 años, los padres de Estrella la habían sacado de aquel orfanato, para llevarla a su casa, se había sentido querida como nunca, y el fallecimiento de sus padres adoptivos la había dejado muy tocada.

Por eso tomó la determinación de desaparecer, cambiar de ambiente, alejarse de todo lo que les recordase a ellos, pese a que con eso también se tuviera que alejar de su hermana Estrella, que era la única familia que le quedaba,

Así las cosas, las dos hermanastras se llevaban bien, y al menos una vez cada dos o tres días se llamaban y o chateaban en Telegram.  Hasta su desaparición.

miércoles, 17 de julio de 2024

Cubo Blanco . Capítulo 13

 Capítulo 13

Trebor, palpó el sobre, parecía estar vacío.

Lo abrió con cuidado, ante la mirada de las tres mujeres, que apenas parpadeaban.

Trebor metió la mano y sacó una nota.

"No nos busques, nosotros te encontraremos, y recuerda, solo tú puedes salvarlas"

C. Blanco.

 

Se miraron los cuatro, seguían sin entender nada.

Las preguntas estaban en la cabeza de todos, ¿Cómo sabían dónde estaba? ¿Lo estaban siguiendo? ¿Por qué no le decían lo que tenía que hacer? ¿Por qué Trebor era el único que podía salvarlas?

Nadie decía nada, pero todos estaban repitiéndose interiormente lo mismo.

Por fin Emma dijo:

- Trebor, hay que ir a la policía. Todo esto es muy raro y por lo que sabemos, al menos 2 chicas, Chloe y Mila, están secuestradas.

Pero, vosotros no os conocíais de nada, ¿no? ¿Por qué ellas y no otras chicas?

De repente Trebor, se levantó y le dijo a Emma.

Vamos a buscar un sitio donde dormir.

Estrella, mañana te llamamos, tenemos muchas cosas de las que hablar.

Trebor y Emma se dirigieron al camarero:

- ¿Me puede describir quien le dio el sobre?, ¿Era hombre, mujer, joven, viejo...?

- No, lo siento, el sobre lo trajo un mensajero está mañana, que yo no estaba de turno, y dijo que a las 20:45 h, le diéramos este sobre a un tal Trebor Santiago, que estaría en el bar. Era usted el único hombre en este momento, por lo que me he imaginado que tenía que ser usted.

- Muy bien, muchas gracias, dijo Trebor, y salió del bar con Emma.


Ya en el coche, ambos iban callados, al hotel Romareda, allí habían estado varias veces y ya los conocían, con la esperanza de tener una habitación libre para esta noche.

Una vez instalados, bajaron a cenar.


De repente el móvil de Trebor vibró.

Trebor lo mira, es un Telegram, lo lee, sonríe y elimina el chat.

miércoles, 10 de julio de 2024

El cubo blanco, capítulo 12.

 Capítulo 12

Trebor miró a Emma, que asintió, como diciéndole que ella estaba de acuerdo en contarle a Estrella lo que ellos sabían.
Pero justo en el momento en que Trebor abrió la boca, María, que había estado mirando y tecleando en el móvil, totalmente ajena a la conversación, dijo en voz alta
:

- Aluflipo.

Los tres la miraron extrañados, Trebor no pudo evitar un gesto de desagrado al mirar a la joven, que les mostraba la pantalla con cara de victoria.

- ¿Qué pasa?, dijo al final Emma.

- Pero mirad, el cubo blanco, son una secta, mirar, aquí lo pone todo.

Trebor le cogió el móvil y empezó a leer lo que María les mostraba.
El Cubo Blanco era una secta , catalogada así por la policía de varios países del mundo. Tenían su sede en Iowa, en EEUU, pero la policía los había desarticulado.
Ahora estaban repartidos por el mundo, camuflados y eran imposible de localizar.
Hacía unos años, en la sede de Iowa, la policía había encontrado varias chicas, todas jóvenes, entre 20 y 30 años, recluidas en unas naves, en pequeños receptáculos blancos, y ya no ponía nada más sobre el tema.
El periodista hablaba en el artículo de otras sectas, ya desarticuladas en varios puntos del planeta, y de como captaban a sus miembros.
No decía nada de secuestros, ni nada por el estilo.

Trebor, que había leído en voz alta para que tanto Emma, como Estrella se enteraran, levantó la vista, justo en ese momento Estrella se echó a llorar, y entre sollozos solo decía, Mila, ¿dónde está Mila?

Emma intentó consolarla, abrazándola, mientras Trebor devolvía el móvil a María, pidiéndole que le reenviara el enlace.

En ese momento, el camarero llegó a la mesa, y preguntó:

- Hola, ¿es usted Trebor Santiago?.

Trebor asintió.

El camarero le entregó un sobre cerrado a Trebor, sin más logotipo que un cubo blanco, un maldito cubo blanco.

miércoles, 3 de julio de 2024

El cubo blanco, Capítulo 11


 Capítulo 11

Trebor se quedó callado un par de segundos.

- Hola, ¿me escucha?

- Sí, dijo Trebor, tranquila, vamos a hablar con calma.

- ¿Podemos vernos?, ¿Dónde podemos quedar?

Trebor, miró a Emma, que asintió con la cabeza, porque ya sabía que es lo que Trebor estaba pensando.

Trebor, habló de nuevo.

- ¿Dónde estás tú?, ¿En qué ciudad?

- Ah, en Jorgebro, ¿y tú?, contestó Estrella.

- Mándame ubicación, y en dos horas estamos allá.

- ¿Estamos?, preguntó Estrella.

Pero Trebor ya había colgado.

Miró a Emma, y preguntó:

- ¿Vienes conmigo, no?

- Sí, claro.

Poco menos de un par de horas más tarde, Trebor y Emma, estaban en Jorgebro.

Con la ubicación de Estrella y el GPS, aparcaron en la puerta del Bar Baleares,

Allí esperaba una chica joven, mirando constantemente el móvil, acompañada de otra aún más joven, que juega distraída al Royal Match.

Trebor y Emma, se acercan a la mesa, y con cara interrogante, preguntan :

- ¿Eres Estrella?

- Sí, esta es mi amiga María, bueno, mi compañera de piso.

¿Vosotros sois, Trebor y.... ?, interroga Estrella.

- Trebor y Emma.

Bueno, vamos al grano. ¿Me puedes enseñar la nota?

- Estrella mira en su bolso y saca una pequeña hoja blanca, doblada, al desdoblarla, Trebor ve que solo sale lo de la foto, Llama y su número de móvil.

- No entiendo, dice Trebor, ¿han secuestrado a tu hermana? ¿Sabes cómo fue?

Estrella asiente con la cabeza, mientras contesta:

- Sí, pero no vi nada, ella salió a hacer un recado, bueno, no es mi hermana de sangre, es hermana adoptada, pero vamos, como si fuese mi hermana, salió a hacer recados, decía, y me mandó un audio. El audio lo acababa diciendo, "Espera, ahora sigo, que hay una furgoneta aquí en medio de la acera".  Y ya no he vuelto a saber nada de ella hasta que me llamó u número oculto y me dio que fuera a una calle, aquí en Jorgebro, el pasaje de la Luna, a las 18 de hoy, llegó una furgoneta negra y tiró la caja con la nota esa.

No sé nada más, dijo sollozando.

Su compañera de piso, seguía sentada, pero ya no miraba el móvil, solo miraba a Estrella, Trebor y Emma, sin abrir la boca.

Trebor preguntó:

- La furgoneta negra, ¿tenía algún distintivo, le viste la matrícula?

Estrella negó con la cabeza, pero de repente recordó:

- Tenía una pegatina de un cubo blanco en la parte de atrás, un pequeño cubo blanco...

Trebor miró a Emma, y le dijo algo al oído.

Estrella levantando la voz, dijo:

- Dejaros de secretitos y decirme, ¿Me vais a ayudar?

 

miércoles, 26 de junio de 2024

El cubo blanco, Capítulo 10.

 Capítulo 10

Trebor no tenía ganas de hablar con nadie y apagó el móvil.

Miró a Emma y le dijo:

 

- No entiendo nada, ¿para eso me hacen venir hasta aquí?, no me lo explico, no me lo explico.

 

- Yo tampoco, Trebor.

He mirado la matrícula, y estaba tapada, solo tenía una pegatina con un cubo blanco, como la que se llevó a Chloe, y luego lo de la llamada de esa loca.  ¿Qué es lo que quería?

 

- No lo sé Emma, no lo sé.

 

Y con la caja bajo el brazo y la nota dentro, se fueron caminando, sin saber que hacer, si ir a la policía, a casa o hacia donde encaminarse...

 

Tras un cuarto de hora en silencio, Trebor pensó que tal vez los secuestradores le podrían llamar, y tenía el móvil desconectado.

 

Lo encendió y le saltaron varias notificaciones, seis llamadas perdidas, 8 mensajes en Telegram...todo del mismo número.

Abrió Telegram y leyó lo siguiente:

 

- Hola por favor, no me bloquees.

Soy Estrella, mi hermana adoptiva Mila fue secuestrada y los secuestradores me han dado una caja con un sobre, con una nota en la que me dicen que llame a este número.

 

Y a continuación, una caja igual que la que en esos momentos tiene Emma en sus manos y una nota en la que ponía:

- Llama: 6047474 470.

 

Efectivamente ese era su número.

 

Emma dijo:

 

- Igual no está loca, porque toda cuadra. 

¿Y si la llamas?

 

Trebor, tras unos segundos, asintió.

Marcó el móvil de Estrella y tras un par de tonos, en el otro lado, Estrella, sofocada contestó:

 

- Hola, soy Estrella, gracias por llamarme, tenemos que hablar de mi hermana. 

 

Por favor ayúdeme.

miércoles, 19 de junio de 2024

El cubo blanco , capítulo 9

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 Capítulo 9

Justo en ese mismo momento, en el monumento del Pensador en Barbarian, Trebor , vigilado de cerca por Emma , que no había querido dejarlo solo, pasaba por una situación muy parecida.

También la furgoneta negra, la pegatina, el cubo blanco y la caja lanzada desde la puerta lateral.

Trebor sale corriendo detrás de la furgoneta, que ha escapado a gran velocidad. 

Cuando regresa, Emma está mirando la caja, sin atreverse a abrirla.

Trebor la coge, la sujeta con una mano y con la otra lentamente la abre, ante la mirada de Emma que no puede articular palabra.

 

Dentro de la caja, un sobre con un folio dentro.

 

Trebor lo saca, lo desdobla y lee en voz alta:

 

No acudas a la policía, tu hermana está bien, si haces lo que te decimos, no le pasará nada.

 

Fdo: C. Blanco

 

Emma, mirando a Trebor, preguntó:

 

- ¿Ya está?, ¿no dice nada más? , ¿Pero qué es lo que quieren ? 

 

Trebor, la miró, cogió la nota y se la dio a Emma.

 

En Jorgebro, Estrella tenía otra nota. En la suya ponía solamente,

Llama: 6047474 470.

 

En ese momento sonó el móvil de Trebor. Un número que no conocía.

Trebor descolgó:

- Dígame

 

Desde el otro lado, la voz temblorosa de Estrella, dijo un , hola, apenas imperceptible.

 

Trebor insistió:

 

- ¿Dígame?

 

De nuevo Estrella, intentó hablar, esta vez consiguió que la voz saliera de su garganta.

 

- Hola, soy Estrella.

 

- ¿Estrella?, Creo que se ha confundido.

 

. Espere, no me cuelgue, soy Estrella, me han dado su número y me han dicho que lo llame, ¿Qué sabe usted de Mila, mi hermana?

 

- Lo siento, ya le digo que se ha confundido, ¿Con quiere usted hablar?

 

- No lo sé, solo sé que tengo que hablar contigo. Han secuestrado a mi hermana, me han dicho que te llame...

 

- ¿Secuestrada? ¿de verdad? No sé quién es usted, pero no voy a soportar que encima se burle de mí, y colgó enfadado.

miércoles, 12 de junio de 2024

El Cubo blanco, Capítulo 8

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Capítulo 8

Eran las 17:30 h.

En el pasaje de la luna, en Jorgebro, una preciosa ciudad en el norte de España, Estrella miraba una y otra vez el reloj.

Las 18 h horas era el momento que una voz desconocida le había dicho que estuviera allí, a la espera de no sé sabe qué, pero que estaba segura que tenía que ver con su hermana adoptiva Mila.

A pesar de la hora y de ser un lugar céntrico, apenas paseaba gente por el lugar, apenas unos padres cargados con las mochilas de sus niños, mientras estos, sin peso alguno en sus espaldas ni en sus conciencias, se dedicaban a corretear, jugar y gritar, con sus vocecillas agudas en un parque cercano.

Estrella miraba la hora de nuevo, había llegado pronto, y el tiempo parecía haberse detenido.

Las 17:40 h, un par de personas paseando al perro pasan dialogando por delante del banco en el que está la inquieta Estrella, que disimula mirando el móvil.

 

Un barrendero pasa con su carro, dándole las buenas tardes, 

Estrella se pone en guardia, pero el trabajador recoge una lata del suelo, la echa al carro y sigue su camino.

 

Miró de nuevo el reloj, ya eran las 6 menos 5 minutos, Estrella está al borde de un ataque de nervios.

 

Estrella se levanta y empieza a pasear, sin dejar de mirar a un lado y a otro, hasta que de pronto ve acercarse una furgoneta negra, sin más distintivos que una pegatina de un cubo blanco.

La furgoneta se desplazaba despacio, por una zona peatonal, prohibida para los vehículos.

Estrella se pone detrás del banco, intentando apartarse de la trayectoria de la furgoneta, cuando en ese momento, se abre la puerta lateral y sale de ella una caja, obviamente blanca, que cae al suelo.

En ese momento, la furgoneta sale derrapando, mientras se cierra la puerta con estrépito.

 

La chica corre a coger la caja, la pone en el banco y la abre.

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miércoles, 5 de junio de 2024

El libro blanco Capítulo 7

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 Capítulo 7

Mila, despertó con fuerte dolor de cabeza, abrió los ojos, pero ahí seguían esas pareces blancas inmaculadas y esa luz cegadora en el techo.

Por unos instantes creyó que había oído golpes al otro lado de la pared, pero de nuevo el silencio invadió la estancia.

Clhoe al otro lado de la pared, golpeaba con fuerza en cada uno de los lados de su cubo, intentando buscar una salida, golpeaba con brazos y piernas, gritaba, lloraba, hasta que extenuada cayó rendida y agotada, sollozando sobre el blanco colchón que había en una esquina de su cárcel blanca.

El silencio se volvió a apoderar de su cubo.

Habían pasado ya 3 días desde que a ambas las habían secuestrado, 3 días que para ellas podrían ser 3 meses, porque sin ventanas a la calle, y que estaban dormidas la mayor parte del tiempo, no sabían el tiempo transcurrido.

Ambas dormían, cuando despertaban se encontraban un poco de comida en un plato blanco, justo al lado del colchón, junto a un vaso blanco con agua. 

Los primeros días, ambas hacían lo mismo, dejaban parte de la comida, el estar encerradas les había quitado el hambre, bebían el agua con mucho cuidado, pensando en que en ese agua estaba el somnífero que les hacía dormir.. Y empezaban a dar vueltas por el blanco cubo, como un zorro enjaulado...

Pronto empezaban a notar el sueño, el aire se volvía denso, muy denso, sentían que las fuerzas les iban faltando y poco a poco se iban sumiendo en un poderoso sueño.


Cuando despertaban, de nuevo tenían el plato y el vaso esperando en el rincón y ese fuerte dolor de cabeza perpetuo, que tenían desde la primera vez que despertaron en el maldito cubo blanco.

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