sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

domingo, 16 de mayo de 2021

La historia de...

La historia de un pececito que no sabía nadar.

Erase que se era, un pececillo en su pecera.
Que no, que paso, que no voy a escribir cuentitos infantiles, y menos sobre peces que no saben nadar.
Lo primero , porque no, porque yo tengo un trato con los peces, ellos no me comen, yo no me los como a ellos. Y además, ¿Qué narices voy a contar de un pez que no sabe nadar? , ¿Qué hago, le pongo manguitos? , ¿en donde , en las aletas? . ¿un flotador?  Pues tampoco, porque necesita estar con la cabeza en el agua... vamos, que paso a otro tema y dejamos al pez que se busque la vida.

Un señor, venga, sí, un señor que vivía en una casa. bueno, hasta ahora nada nuevo.
Un señor llamado, Leopoldino , al que la gente llamaba Leo , vivía en medio del campo, en una preciosa casa de color blanco.
La típica casa que se dibuja de niño, con su cerca, chimenea, arbolico , camino, vamos, una casa.
Vivía solo desde que le dejó su mujer, hace ya , muchos muchos años, con la compañía de Tú , un pequeño y feo perro , al que Leo llamó Tú , le decía, Tú, a comer, Tú, siéntate, Tú dame la patita y Tú, obediente él , comía, se sentaba o daba la patita.
Leo llevaba una vida tranquila, ya jubilado, tenía un pequeño huerto, en el que crecían 4 lechugas y unos tomates. La verdad es que apenas le hacía caso, porque nunca le había gustado trabajar en el campo.
Leo fue tornero fresador, una profesión, que la verdad nunca he sabido muy bien en que consiste, pero que tiene un nombre muy bonito, muy rimbombante, "tornero fresador", no digáis que no mola.
Y cuando se jubiló, decidió pasar el resto de su vida en esa casita, que veía día tras día al ir y volver del taller donde trabajaba.
Estaba a medio camino de dos pequeñas ciudades, y a Leo no le gustaba ninguna de las dos.
Ni la que vivía antes, porque le recordaba a su vida anterior, a su mujer, a sus amigos, a su barrio, y era algo con lo que había roto.
Ni la otra, la de su trabajo, una ciudad sombría, donde solo había empresas, talleres, tiendas, polígonos, una ciudad fea, que por la noche y los festivos se quedaba sin vida.

Por eso era feliz en su casa, en Villa Leo que decía él, allí con Tú, su feo pero cariñoso perro, su mecedora, su porche y los pájaros asquerosos que no le dejaban dormir la siesta y se le cagaban por todo y a los que Leo odiaba con todas sus fuerzas.



lunes, 10 de mayo de 2021

El reino


De repente, sonó un ruido , como de una puerta al cerrarse, yo , que dormía, desperté.

Abrí los ojos, miré a mi alrededor, y no reconocía donde me encontraba. Era una habitación extraña, con forma circular, sin ventanas, la luz entraba por el techo, que era acristalado.
De nuevo ese ruido, otra puerta, sonó tras la mía.
Me levanté, iba vestido con un pijama totalmente negro, un pijama que no había visto en mi vida.
Salí descalzo, porque no encontraba mis zapatillas, y estaba en un pasillo, un pasillo largo con muchas puertas y un ascensor al fondo.
Parecía un hotel, un hospital, no sé, era algo muy extraño.

Llegába al ascensor, cuando un hombre de más o menos mi edad, salió de otra habitación.
Llegó a mi altura y me saludó muy amable, haciendo una reverencia .
- Hola , buenos días, parece que hoy vamos a tener buen tiempo, su majestad.
Yo asentí con la cabeza, sin saber que decir. ... ¿su majestad? ¿que decía este tipo? , pensé.

Llegó el ascensor, y solo tenía dos botones. subir y bajar.
Bajamos y llegamos a un gran salón. 
El hombre salió y haciendo una reverencia , se marchó.

Al momento llegó otro hombre , totalmente vestido de azul. 
Tras hacer una reverencia , me pidió que le acompañara.

Empezamos a andar y me fue contando:
- Imagino que su majestad estará extrañado de lo que está pasando.
Usted , majestad, ha venido de otra... llamemosle , dimensión, donde todos los habitantes de nuestro reino "viven" hasta cumplir los 50 años.
Es un mundo ficticio, llamemosle un sueño, en el que todo lo que le sucede es solo para acumular experiencias, conocimientos, sentimientos, con los que formarse y que le servirán para enfrentarse a la vida real, la que hoy comienza para usted.
Aquí no existen sus amigos, su familia, su casa, su ciudad, todo estaba en su mente, usted ha vivido en un estado de semiinconsciencia, en la que su mente era lo único activo, como si durmiera.
Sé que le costará adaptarse , pensar que nada de lo vivido hasta ahora es real, pero es su destino.

Yo le escuchaba hablar, pero no acababa de entender lo que decía, de repente me di cuenta que ya habíamos salido a la calle, más bien al jardín, donde no había nadie, solo nosotros dos.
Me miré y vi que mi ropa era ahora azul, como la de mi acompañante...
No entendía nada,

Le miré y , con miedo, pregunté, deseando no haber oído bien lo que me había dicho:
- Pero, ¿Donde están mis amigos, mi familia, mis vecinos?

El hombre, me miró, levantó su mano y con el índice tocó mi frente, diciendo:
- En su imaginación.
El hombre, del que no sabía ni su nombre, me empezó a contar , mientras caminábamos, que yo era el rey de un país, Liztorland , un país pequeño, pero en el que todo se hacía según mis leyes.
Pero yo no quería mis leyes, no quería oro, no quería mi reino, yo quería mi vida, mi familia, mis amigos, mis compañeros, quería volver a ser yo.
De repente eché a correr, tratando de escapar del hombre, que seguía contándome cosas de Liztorland yo corría, y el me perseguía sin callar ni un instante, yo corría, corría, huyendo , no sabía a donde, sin dejar de escuchar la voz machacona del hombre, hasta que tropecé, caí al suelo y empecé a rodar por una cuesta.
Rodé, rodé, hasta que mi cabeza golpeó con una piedra, haciéndome perder el conocimiento.

Desperté y miré a mi alrededor, una sonrisa de alivio se dibujó en mi cara.
Estaba en mi habitación, en la de verdad, con las fotos de mi familia, mi cama , mi mesilla... de repente un pitido metálico sonó en la mesilla. Miré y era mi móvil.
Lo cogí , abrí el mensaje y leí : 
-  Publi : ¡ Postres el Reino siempre contigo , tocandote las narices , hasta en tus pesadillas!