Chloe despertó, en su cubo blanco, pero esta vez una de las
paredes tenía una puerta, bueno en realidad era un hueco, por el que, desde
donde ella estaba se veían unas escaleras iluminadas hacia arriba.
Chloe, sin pensárselo dos veces subió las escaleras,
buscando una salida, y al llegar arriba, apenas 30 peldaños después, encontró
una puerta cerrada.
Chloe empezó a golpearla a gritos,
- Socorro, auxilio, ¿hay alguien? ayúdenme, por favor.
De repente se oyó una voz:
- Tranquila Chloe, vamos a abrir la puerta ahora, pero
tienes que tranquilizarte.
La puerta comenzó a abrirse lentamente, había otra sala,
también blanca.
Una mesa, una silla y en frente un espejo, de esos de las
películas de policías, esos que sabes que al otro lado te están viendo.
Chloe entró, lentamente, y de nuevo la voz sonó:
- Siéntate Chloe, y tranquila, todo va a salir bien.
Chloe obedeció, se sentó en la silla, asustada y viendo que
la nueva sala como la otra, no tenía ventanas, ni puertas, ni nada que pudiese
dar una pista de donde estaban.
- ¿Quiénes son ustedes?, ¿Que quieren de mí?, Mi familia no
tiene dinero, ¿por qué me tienen retenida. Preguntó Chloe al borde de la
lágrima.
- Tranquila Chloe, tranquila, lo sabrás todo a su debido
tiempo. No queremos tu dinero, sabemos perfectamente quién eres, pero
necesitamos que estés con nosotros, todo va a ir bien, no te preocupes, solo
tienes que hacernos caso y todo saldrá tal y como todos queremos.
¿Necesitas algo?, comida, bebida, ¿algo de aseo personal?,
Pide y te lo traeremos. Estamos aquí para ayudarte.
Chloe no sabía que decir, no entendía esa voz amable.
- Solo quiero salir de aquí, no quiero nada más, libérenme,
por favor, quiero irme, y rompió a llorar.
- Tranquila Chloe, tranquila, sonó de nuevo, con tono paternalista la voz.
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