El Cubo Blanco. Capítulo 16

 Capítulo 16

Trebor llamó a Estrella por teléfono.

- Soy Estrella, dime.

- Hola, necesito verte, he hablado con los secuestradores. dijo Trebor.

- Cuando quieras, ahora mismo estoy libre. contestó Estrella nerviosa.

- En 15 minutos en el bar de ayer, dijo Trebor, y colgó 

15 minutos después Trebor llegaba al bar, en que ya esperaba Estrella.

- Dime, ¿Qué te han dicho? ¿Quieren dinero? Tendré que hablar con mi tío, yo no tengo mucho dinero, bueno sí, pero no puedo sacar mucho de golpe, porque...

- Tranquila Estrella, ahora te explico, interrumpió Trebor.

Trebor, se sentó, pidió un café y esperó a que se alejase el camarero.

- Mira Estrella, los secuestradores quieren que hables con tu tío, pero no quieren dinero.
Tu tío no es quien tu crees que es, como no lo eran tus padres. 
¿Recuerdas que tu amiga el otro día nos enseñó un artículo sobre el "Cubo Blanco" , pues tanto tus padre, como tu tío estaban metidos en eso.

- ¿Qué quieres decir con , "estaban metidos"? No entiendo, le cortó Estrella.

Trebor prosiguió:

- Pues eso, que eran parte del Cubo Blanco, una secta que operaba en EEUU, pero también en España, de hecho siguen operando aquí, y necesitan algo de tu tío, y tú eres la que tiene que conseguirlo, sino quieres que le pase nada a tu hermana Mila.

Estrella lo miraba sin entender nada. ¿Qué tenía que conseguir?. 

- Mira Estrella, yo necesito que lo hagas, ya sabes que mi hermana también está secuestrada, el cubo blanco necesita que consigas algo que solo tu tío sabe donde está, sino nuestras hermanas lo van a pasar muy mal. ¿Verdad que tú no quieres eso?

- ¿Pero que quieren? Si no me lo dices , no podré... 

- Shhhhh, calla, no grites, este no es el sitio.

En esos momentos llegó el camarero con el café. Trebor dio las gracias, pagó, y de nuevo esperó a que se alejase.

- Mira Estrella, lo que te acabo de contar no se lo puedes decir a nadie, ni a tu amiguita, ni mucho menos a tu tío, por supuesto tampoco a Emma, ella no debe saberlo, si ella se entera me hará muchas preguntas y no se las puedo responder. De hecho, ni siquiera debe saber que hoy nos hemos visto, ¿Has entendido?

- Pero... quiso hablar Estrella,

- Ni pero, ni pera, ¿Has entendido? . le cortó Trebor.

- Sí, sí, no nos hemos visto, asintió Estrella,

- Muy bien, cuando sepa algo más, te lo haré saber.

Trebor bebió su café de un trago y dejó ahí sentada a Estrella en un mar de dudas.