Ayer Roberto Liztor , como todos los zaragocistas , sufrió durante el partido , aunque de manera diferente, pero disfrutó tras él, como todos nosotros… o más.
Ayer el Real Zaragoza jugaba con la Real, eso ya lo sabemos. Por temas familiares no pude ir a un bar al que no voy habitualmente a verlo hasta que ya se llevaban jugados 20 minutos, para ese minuto Sinama ya había hecho el primero, el Real Zaragoza estaba jugando bien, l menos es lo que yo vi pasados unos minutos.
El bar estaba lleno de gente, yo sin dar crédito me acerqué hasta muy cerca de la tele, para ver bien el resultado, un parroquiano me mira y me dice con cara resignada: "Sí, vamos perdiendo, además nos están dando un baño" … yo me encojo de hombros y asiento con la cabeza.
Mi fuero interno sonreía, pero es que estaba rodeado, no de “Comanches” sino de “Navajos” , que aunque parezca mentira también los hay por estas tierras. Es más algunos son osasunistas pero les simpatizan los donostiarras, especialmente por política.
Allí estaba yo en un bar, viendo el partido callado, rodeado de gente que quería que mi equipo fuera derrotado. Parece que el árbitro también lo quería y sin querer o queriendo ayudó en el gol realista, que Prieto convirtió en empate. Hubo risas, en varios parroquianos, sobre todo por las circunstancias del gol, comentarios sobre “el nuevo fichaje de la Real” y sonrisas varias.
Todo se tranquilizó, llegó el descanso, y tras él, la segunda parte…
Llegó una cuadrilla de chavales jóvenes, piden unas cervezas, y uno de ellos se quita el jersey…debajo lleva la camiseta txuriurdin. Cada vez que la pelota se acercaba a nuestra área, ellos gritaban y yo temblaba, el partido estaba bonito aunque yo no lo disfrutaba.
La cuadrilla se marchó, yo respiré, pero vino la típica persona que no sabe nada de fútbol, que se deja llevar por simpatías, a esa persona, mujer para más señas, sí que la conocía, no de haber hablado con ella, pero sí que la conocía de otro bar.
Estaba enfadada además por la prohibición de fumar, y volcó su ira sobre el partido y empezó a insultar a los míos. Jamás en las muchas veces que he estado en el Sadar he escuchado tantos insultos contra el Real Zaragoza, con eso os lo digo todo.
Entre insulto e insulto, de repente la jugada del gol. Yo grité gol y la miré inquisitoriamente. Ella calló un segundo, y empezó a soltar víboras por la boca, por suerte no las dirigía hacia mi persona, continuó contra “la tele” contra los nuestros. Dos de cada tres palabras que salían de ella eran tacos.
Yo sonreía sin mirarla, cuando de repente, a falta de un minuto de añadido, Contini tumba literalmente a Tamudo.
Me acordé del reportaje de “Informe Robinson”, de Iniesta que decía que en el momento del gol : “Oyó el silencio” . Yo por unos segundos también lo “oí” en medio de las palabrotas de la susodicha. Solo esperaba el silbato del árbitro, marcando el penalti de Contini, pero demostró que no es un árbitro de primera y no pitó el penalti.
Lo que sí pitó fue el final, con ello la sangre volvió a fluir por mis venas, me levanto, miro a la señora, sonrío y ella sigue con los insultos, lo más suave fue “tramposos” lo más fuerte irreproducible. Todo ello mientras se fumaba un cigarro, como sabéis, prohibido en el bar.
Estuvo la cosa muy cerca, primero por el gol de Braulio en el 90 y segundo por el penalti no pitado de Contini en el 92…
Ayer noche descubrí que hay sitios peores para ver un partido que Desde Territorio Comanche.
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