Tras una semana muy mala en lo personal, esperaba que la tarde del domingo me pudiera dar una alegría al cuerpo, o a la cabeza, que le hace más falta.
Antes del partido en la Romareda, estuve viendo a mi otro equipo, la Unión Deportiva Barbastro, que también lucha por no pasar apuros, y tenía la oportunidad de poner tierra de por medio sobre el descenso.
En la Romareda, con la sombra del miedo sobrevolando desde hace tiempo, el Real Zaragoza volvía a encarar una final , otra más en esta aciaga temporada.
Los mismos once que hace una semana desplegaron un buen juego , y un pésimo resultado en el Ciudad de Valencia , salieron al césped del templo , espoleados por 24 mil zaragocistas.
Pero se ve que eso no era suficiente, ya que vimos de nuevo al equipo insolente de Miranda, un equipo sin ganas , en el que solo algunos jugadores rayaban por encima de la media , pero más por ganas que por juego.
Enfrente un Elche , que con sus pases entre líneas , unas líneas zaragocistas , que se veían superadas una y otra vez por los ilicitanos, eran los que llevaban el peligro, y en los que la falta de puntería , la suerte y Badía , impidieron que se moviera el marcador .
Los nuestros , poco arriba, poco abajo y en medio, pues tampoco, nada de nada .
Se llegaba al descanso, con una mezcla de desesperación y de confianza en la mejoría.
Pero en la segunda mitad , el que mejoró fue el Elche , en 7 minutos llegó 3 veces con peligro, tanto , que en el 52 lograban , en una falta al borde del área, batir a Badía , tras un remate extraño de Mario Gaspar, al tiro de la falta de Nico Castro, que Badía no detuvo por muy poco.
Víctor movió ficha, pero las ocasiones seguían llegando del lado ilicitano, ante un Real Zaragoza totalmente noqueado.
Entonces surgió Azón, un balón en largo , que Iván lucha a Mario Gaspar sobre la raya de fondo dentro del área, se la lleva, busca ángulo y convierte en el gol del empate.
Cuando más parecía que iba a llegar el 0-2 , el tiburón, nadando contra corriente , sacaba a flote a un equipo que se estaba hundiendo .
Tras el gol , ocasiones en ambas áreas, más visitantes que locales , yo solo en casa , sin la mirada inquisitiva de nadie , viviendo esa final, cada jugada , cada acercamiento, para un lado o el otro , de pie en frente de la tele.
Los nervios , más que el juego observado, me hacían que una y otra vez algún que otro exabrupto saliera de mi boca, con la única mirada asustada de mi perrita Yuka , que estaría pensando que me había vuelto loco.
Sentimientos enfrentados , cuando dijeron que añadían 8 minutos, por un lado deseando más minutos para tener más opciones de victoria y por otro pensando que eran muchos y que podían marcar los visitantes y quitarnos el punto de Azón.
Al final , un mal menor , un simple punto que , como diría mi abuela, no nos saca de pobres , pero que ayuda a acercarse a un objetivo , que también es un mal menor , el de una permanencia, más que necesaria .
Por cierto el Barbastro también empató y también ha quedado con +5 sobre el descenso, aunque con solo 9 puntos por jugarse.
La semana que viene , habrá que luchar más , habrá que estar más entonados , porque seguimos muy cerca del abismo.
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