sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

miércoles, 20 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 31

 Capítulo 31

Trebor, Emma y María, esperaban la llamada de Estrella, para saber que le había contado Anselmo.

Así mismo Trebor estaba pendiente de su Telegram por si le llegaba alguna instrucción sobre donde debía entregar el pendrive, y sobre todo pensaba en su hermana Chloe y su próxima liberación.

Pero los móviles no sonaban y la espera se estaba haciendo inaguantable.

Trebor estaba de los nervios y decidió salir a la calle, aunque fuera al parque que se divisaba desde la terraza, la temperatura era agradable, la gente paseaba bajo la sombra de los árboles, los niños correteaban y en un pipican cercano, varios perros jugueteaban mientras sus dueños hablaban de ellos como si de unos niños se tratasen.

Emma decidió acompañarle, y María se quedó en casa siguiendo por el ordenador la reunión de Anselmo y Estrella, aunque sin sonido, ya que la cámara que habían colocado carecía de micrófono.

Cuando Trebor y Emma llegaron al parque, y comenzaron el paseo nerviosos, no vieron como María los observaba desde la terraza.

Sacó el móvil y escribió: 

- Ya tenemos el pendrive, Lo guarda Trebor, Estrella está ahora con Anselmo. Ya me diréis que hay que hacer ahora.

Una vez que recibió un escueto OK, borró el mensaje y tras guardar el móvil regresó al comedor, donde en la pantalla del pc se veía a Anselmo hablando de espaldas a la cámara ya Estrella mirando a la misma como intentando decir algo, pero María no era capaz de leer en los labios de la chica que quería decir.

Vio que Anselmo colgaba y con una sonrisa acompañaba a Estrella fuera del despacho. La puerta del mismo quedaba fuera de pantalla, y durante más de 15 minutos nadie entró en el mismo.

Estrella llamó a María una vez fuera de la fábrica:

- María, ¿estáis todos juntos? Os tengo que contar varias cosas.

- No, dijo María, estoy sola, Trebor y Emma se han ido a tomar el aire, no soportaban la espera. ¿No puedes adelantarme algo?

- Mejor cuando estemos todos. Voy para casa, ya aviso a Emma y Trebor que voy. Y Estrella colgó.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 30

 Capítulo 30


Muy temprano sonó el móvil de Estrella. La pantalla iluminada mostraba TÍO ANSELMO.

Estrella se imaginaba el motivo de la llamada, por lo que esperó un poco y con voz de dormida , cogió el móvil.

- ¿Sí? , ¿Qué pasa tío? ¿Qué hora es?

Al otro lado la voz de su tío sonó muy seria :

- Estrella, necesito verte , ahora.

- ¿Ahora, pero que pasa ? Si son , hizo una pausa , para mirar el reloj, las 7 y media. 

- Ya lo sé, pero necesito que venga ya a la fábrica.

- Vale , dame media hora, me preparo y voy.

- Bien, pero date prisa, es importante.

Estrella colgó y despertó a Emma y Trebor , así como a María , para contarles lo de la llamada.

Trebor se ofreció a acompañarla, pero Estrella declinó la invitación, debía ir sola.

Trebor, lo aceptó y tocó en su bolsillo el pendrive y sonrió.

Media hora después, Estrella con cara sería entraba en el despacho de  Anselmo.

Este le esperaba con una cara más seria aún .

- Siéntate, le dijo, señalando la silla frente a la que él se encontraba.

Estrella se sentó.

- ¿Pero que pasa, a que vienen las prisas y esa cara tan seria ?

- Mira Estrella. No he sido sincero contigo.

Es cierto que el accidente de tus padres fue extraño. La Guardia Civil no llegó a ninguna conclusión, pero creo que no fue un accidente. 

Otro coche estuvo implicado, que fue el que los sacó de la carretera.

- ¿Y porqué no me lo dijiste?

-Eras pequeña, y no era algo que se pudiera probar.

Déjame seguir, por favor, esto es muy difícil para mí.

De jóvenes , tu padre y yo , contactamos con una organización, sí, esa que imaginas, el cubo blanco.

Ellos se encargaron de hacer que Galletas Estrella se hiciese un hueco en el mercado.

Pero a cambio, Galletas Estrella tenía que darles parte de sus beneficios.

En realidad no es nada extraño, ellos nos ayudaban y se les pagaba por esa ayuda.

Pero con el tiempo descubrimos que detrás de él Cubo Blanco , había mucho más que un grupo inversor.

En realidad era un grupo delictivo, secuestraban, extorsionaban e incluso llegaban a asesinar si era necesario para sus intereses.

Decidimos , tus padres , tu tía Aurora y yo, desligarnos de ellos.

No eran, no son, trigo limpio, pero como en todas las sectas, lo difícil es salir.

Nos amenazaron con hundir el negocio, con hacernos daño...

Tu padre tenía información muy valiosa, con los nombres de personas muy importantes implicadas en el cubo blanco, y estaba toda en el pendrive que os mandaron recuperar.

Tu padre lo escondió y solo nosotros tres sabíamos donde estaba. Era nuestro seguro de vida, o eso creíamos.

Hasta que un fatídico día llegó el accidente de tus padres.

Como accidente lo tomamos todos, hasta que un mes después, volví a recibir amenazas.

Dejé escrito en mi testamento que si yo moría en accidente o extrañas circunstancias, ese pendrive se enviará a la prensa y se lo dije al Cubo Blanco.

Pensaba que era la manera de que me dejasen en paz, pero ya veo que no.

Cuando llegaste con ese hombre, no te podía decir nada, no sé quién es ese desconocido ni el motivo de porque lo han metido en este lío.

Pero está noche, alguien ha entrado en mi despacho y me han quitado el pendrive, bueno, una copia, porque hay otra en una caja de seguridad de un banco.

Estrella, escuchaba con mucha atención cada una de las palabras de Anselmo.

Cuando ya las había asimilado, le dijo:

- ¿Y ahora, que pasará con Mila y con Chloe? 

- No sé quién es Chloe, pero a Mila la soltarán ya tienen lo que quieren, aunque lo de la copia no debe salir de aquí.

En esos momentos, sonó el teléfono de Anselmo.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco , capítulo 29

 Capítulo 29

Ya sabían donde estaba en pen Drive, sabían la contraseña de la caja , pero no sabían cómo llegar hasta él si no le daba acceso el propio Anselmo.

Esa noche , decidieron dar una vuelta por el polígono, buscando como entrar.

Fueron los cuatro, aparcaron a un par de calles de la fábrica.

Al acercarse vieron varias cámaras, rodeando el recinto , tal y como ya les había dicho Estrella. 

En la caseta de la entrada, un vigilante de seguridad escuchaba la radio mientras leía un libro, a la espera de la entrada o salida de algún camión.

De pronto , vieron que un camión de "Galletas Estrella" se acercaba despacio por la carretera principal.

El camionero pasó por su lado sin mirarles , Trebor dió una carrera y de un salto se encaramó al pescante del camión, Emma hizo lo mismo.

Las dos jóvenes se quedaron expectantes sin saber que hacer, pero Emma les hizo un gesto de que esperasen allí.

El camión llegó a la entrada y se estuvo.

El camionero, saludó por su nombre al Vigilante.

- Buenas noches, Carlos.

El vigilante, sin apenas levantar la vista del libro que estaba leyendo, saludó con la mano y activó el mando de la puerta.

La puerta se abrió lentamente , Trebor y Emma bajaron del pescante y se pusieron en el costado del camión, deseando que el conductor no mirase por el retrovisor.

Una vez dentro se encaminaron con precaución a las oficinas, mientras el camión se dirigía directamente al almacén.

La seguridad era mínima en el interior , y tras comprobar varias ventanas, una cedió. 

Se quedaron unos instantes parados esperando , por si saltaba una alarma, pero nada.

Mandaron un telegram a Estrella, para que les avisara en caso de er que el vigilante hacía algún movimiento sospechoso.

Entraron por la ventana de la planta baja, y Trebor delante, ya que había estado en las oficinas, se dirigió al despacho de Anselmo.

Un nuevo problema al llegar, la puerta estaba cerrada con llave, pero después de haber llegado hasta allí, no podían dejarlo.

Fueron al despacho del secretario, y comenzaron a registrar cajones. 

Bingo, Emma encontró unas llaves, que ponían simplemente "jefe" .

Efectivamente, eran las llaves del despacho de Anselmo.

Una vez en el interior del mismo, , fueron al pequeño cuadro que habían visto esta mañana con la cámara, y descubrieron la pequeña caja fuerte.

47214721 y se abrió.

En la caja solo estaba el pen drive, un pequeño pendrive blanco.

Rápidamente, lo cogieron , cerraron todo y al salir un mensaje de Estrella. 

Cuidado, va para allí el vigilante.

Carlos, el vigilante se acercaba a las oficinas, Trebor y Emma entraron en pánico.

Oyeron como la cerradura de la puerta principal giraba dos veces, se abría la puerta y Carlos enfilaba el pasillo hacia la máquina de cafés.

Oyeron como Carlos echaba las monedas a la máquina, se oyó el ruido de los botones y segundos después el ruido de la máquina poniendo el café.

Era el momento, Trebor y Emma bajaron las escaleras con sigilo, pero todo lo deprisa que podían , y al llegar a la puerta vieron las llaves colgando.

Salieron, cerraron la puerta muy muy despacio y cerraron con llave. Sacaron el llavero de la cerradura, lo tiraron lejos y comenzaron a correr hacia la entrada.

Entraron en la caseta y accionaron la puerta de entrada, corriendo como alma que lleva el diablo hasta el coche, una vez allí, agotados, entraron al coche y sin apenas poder hablar dijeron entre ahogos:

- Vamos arranca, arranca.

Estrella obedeció y se alejaron del polígono.

martes, 5 de noviembre de 2024

Hasta siempre Laureano

Te has ido sin hacer ruido, como viviste. 

No lo necesitaste, no te hacía falta levantar la voz, eras más de escuchar que de hablar, porque siempre estuviste ahí para lo que hiciera falta.

En casa con tu familia, en el trabajo en la Sanders, en tu cofradía de "La Cruz a Cuestas", en San Alberto, tu parroquia, en Aitonak, en las hermanitas de los pobres, en la tómbola de caritas, en la vaguada... En donde estuvieras y pudieras echar una mano, ahí estabas tú el primero. Porque cuando te entregabas a algo, lo hacías a fondo.

Una vida que empezaba en Larragueta, pero pronto fuiste a Iza, el que considerabas tu pueblo.

Allí conociste a Aurora, la mujer de tu vida, en todos los sentidos.

Trabajaste en la Sanders, donde hiciste de todo, de chofer, porteador de sacos, mecánico... Y ahí fue donde una máquina de la fábrica te cortó cuatro dedos de tu mano derecha.

Pese a ser mediados del siglo pasado, los médicos consiguieron reimplantártelos, aunque uno no agarró bien y hubo que quitarlo de nuevo.

Con esos 4 cuatro dedos, eras capaz de hacer más cosas que muchos con 10.

Siempre tenías que hacer algo, mientras el cuerpo te dejó, las herramientas fueron tus mejores amigas, poco a poco la vida te fue debilitando, y ni aún así dejaste el taladro pero aunque tus manos ya no te respondías igual, y la vista fallaba, seguías haciendo pulseras y llaveros con hilos, que luego repartías a todo el mundo, y recibías los agradecimientos siempre con una sonrisa.

Porque así eras tú, pocas veces te hemos visto enfadado, bueno sí, cuando algo de tus trabajos de carpintería, fontanería...Porque tú le dabas a todo, se te apoderaban y no te salían a la primera, pero era eso, te podías enfadar con los tornillos, con el taladro, no con las personas.

Eras un hombre bueno, de los pocos que de verdad lo son, sin pliegues ni dobles caras, un hombre bueno, no se te puede definir mejor.

Te has ido como eras, sin dar trabajo, sin levantar la voz, poquico a poco, como siempre, sin molestar.

Ahora estarás de nuevo con tu hija Blanca y con tu mujer, tú compañera de vida , Aurora. 

Hasta siempre Laureano.

miércoles, 30 de octubre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 28

 Capítulo 28

Después de comer, una vez en casa.

María sacó el portátil y comenzó a teclear. 

Bajo la atenta mirada de Trebor, Emma y Estrella, que no separaban los ojos de la pantalla, María fue entrando en diferentes apartados de una página, hasta que llegó a una en la que salía el despacho de Anselmo en tiempo real.

En estos momentos no estaba, por lo que la imagen mostraba la mesa de escritorio y por medio de un gran angular, tres de las paredes del mismo.

Era un vídeo sin sonido.

María retrocedió en el tiempo de la imagen, hasta llegar al momento en que Estrella y Trebor hablaban con Anselmo.

Vieron la cara de Anselmo en el momento de decirle lo del rapto, lo que dijo e hizo a continuación, el idioma gestual demostraba que estaba nervioso y que estaba mintiendo cuando dijo que era una chiquillada, tal y como Trebor y Estrella ya lo habían presagiado en su momento.

Cuando Anselmo se había quedado solo, vieron en el vídeo que se dirigió a la pared donde había un cuadro, lo había descolgado, y mirando en su parte trasera, había sacado algo pequeño, que bien podría ser el pen drive que el "Cubo Blanco" estaba buscando.

Anselmo jugueteó inquieto con el pen drive entre las manos, mirando a todos los lados del despacho, como buscando un buen escondite para el mismo.

Finalmente colgó de nuevo el cuadro, y se acercó a otro pequeño cuadro en la pared de enfrente, este se "abrió como una puerta, dejando ver una pequeña caja fuerte tras él.

Anselmo tecleó una clave, 4721, lo hizo dos veces, y tras ello, una pequeña luz roja parpadeó junto al teclado numérico y acto seguido se quedó fija unos segundos, para que Anselmo tirando de una pequeña manilla abriera el mecanismo y con cuidado introdujese el pen drive en la caja fuerte camuflada.

Anselmo la cerró, se percató en dos ocasiones que estaba bien cerrada, miró a todos los lados, como si buscase a alguien y puso el pequeño cuadro en su sitio,

En un armario, al lado de su escritorio tenía otra caja fuerte, esta era grande, ostentosa, Anselmo sacó una llave del cajón, sacó otra de su manojo de llaves, donde tenía las de casa, e introduciendo ambas en las dos cerraduras de la caja, las giró, abriendo la caja y sacando unos documentos, y dejándolos encima de la mesa.

Cerró la caja y se puso a revisarlos, mirando una y otra vez el cuadro que escondía la caja fuerte del pendrive, con nerviosismo.

Trebor le dijo a María:


- ¿Puedes pasarlo rápido? 


María le dio a velocidad al vídeo, primero al doble, después al 4, al 8, al 12... solo se veía a Anselmo leyendo los documentos, pasando hojas, volviendo a releerlas, de vez en cuando miraba el móvil.

Así largo rato, hasta que miró a la puerta, y apareció de espaldas un hombre, de mediana edad, al que Anselmo parecía conocer, dado la sonrisa de su cara al recibirlo., aunque parecía una sonrisa forzada.

Estuvieron hablando unos minutos, Anselmo lo despidió dándole la mano serio, y al darse la vuelta, Trebor dijo en voz alta:


- Paralo, María. Dale para atrás.


En la pantalla aparecía el hombre que había ido a ver a Trebor al hotel, y lo más inquietante es que parecía estar mirando a la cámara con una sonrisa y gesto cómplice, como si supiese lo de la cámara.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Cubo Blanco, Capítulo 27

 Capítulo 27

Todo iba según lo previsto.

Cuando ya era la hora de comer, y Anselmo esperaba en el restaurante.

A los pocos minutos llegaron Trebor y Estrella, junto a Emma y María.

Anselmo al ver a María sintió que la conocía, en realidad a ella no, pero guardaba mucho parecido a alguien de su juventud.

Se hicieron las presentaciones, y mientras servían los platos, Trebor sacó el tema del secuestro, que Anselmo intentaba evitar a toda costa.

Anselmo insistía en que era una chiquillada, ganas de llamar la atención de Mila y Chloe, y repetía una y otra vez que no sabía nada del pendrive no del Cubo Blanco.

Estrella intentaba convencer a su tío, pero nada, seguía en sus trece.

La conversación iba subiendo de tono, hasta que en algún momento Emma tuvo que mediar, para que bajasen la voz, ya que medio restaurante estaba mirando a su mesa.

Trebor dio por zanjado el tema, y empezaron a hablar de temas canales, como lo bonito que era Gadir, que no lo conocía y que seguramente algún verano vendrían con Emma a pasar unos días .

Emma refrendaba lo dicho por Trebor.

La comida transcurrió más tranquila, aunque había miradas recelosas entre Estrella y su tío

miércoles, 16 de octubre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 26

 Capítulo 26

María se levantó de la mesa, recogió su taza y dijo que se iba a la cama, que estaba cansada del viaje y su salida matinal por la ciudad.

Emma dijo que aprovechando que Trebor y Estrella iban a ir a ver a su tío, se iría a dar un paseo por Gadir y que le llamasen al salir.

Trebor y Estrella , se quedaron solos en la cocina, y trazaron el plan a seguir para intentar conseguir el pen drive por las buenas o por las malas.

Una vez se pusieron de acuerdo en los detalles, salieron hacia la calle Vicenta Plana, donde estaban las oficinas de Galletas Estrella

Tras un corto recorrido de menos de un cuarto de hora, llegaron a unas bonitas oficinas , reformadas hace poco tiempo, en las que resaltaba un vistoso letrero , donde ponía, como no podía ser de otra manera, GALLETAS ESTRELLA.

Entraron y el conserje , aunque sorprendido por la visita, saludó amablemente a Estrella. 

- Buenos días Señorita Estrella, no la esperábamos esta mañana.

- Buenos días, dijo ella, casi sonrojándose, ¿Está mi tío?

- Sí, está en su despacho, ¿Quiere que lo avise?.

- No, déjalo, es una sorpresa.

Se acercaron al ascensor, ante la mirada curiosa del conserje.

Subieron al último piso, donde tenía el despacho Anselmo y tras saludas casi en un susurro al secretario, que estaba en su oficina del pasillo, y haciéndole un gesto de complicidad, de silencio, con una sonrisa, se encaminaron hasta la puerta.

- Toc, toc...

Tras un par de segundos, se oyó la voz de Anselmo que desde dentro, decía:

- Adelante.

Estrella entró la primera, cuando Anselmo la vio, tras la sorpresa inicial, sonrió y salió de detrás de la mesa a abrazar a su sobrina, sin reparar en la presencia de Trebor.

- ¿Pero que haces aquí sobrina? ¿Y quien es tu amigo? dijo mirando a Trebor.

- Buenos días, soy Trebor Santiago, dijo Trebor extendiendo la mano,

Anselmo se la dio con gesto serio.

Estrella se sentó, y pidió a sus interlocutores que hicieran lo mismo.

Estrella comenzó a hablar :

- Tío, voy a ir al grano, han secuestrado a Mila y...

- ¿Como? ¿secuestrado? ¿Cuando? ¿Por qué no me lo has dicho ?

- Espera tío, déjame explicarme, te decía que han secuestrado a Mila , fue hace una semana.

Después secuestraron a la hermana de Chloe, la hermana de Trebor, dijo señalando a su acompañante.

Nos han hecho saber qué son una organización llamada "El Cubo Blanco" ...

Anselmo palideció al escuchar ese nombre, y tratando de disimular, simuló un ataque de tos.

- Nos dijeron que mamá y papá no murieron de accidente , y que tú tienes un pendrive que ellos guardaban, y que el Cubo Blanco quieren recuperar.

Anselmo respiraba con dificultad, no sabía que decir, y al final arrancó.

- Mira Estrella, no sé de qué me estás hablando, tus padres fallecieron en un accidente de coche.

Yo no tengo ningún pendrive y no sé qué es eso del cubo blanco ni entiendo porque os han contado todo eso.

Seguro que es es una broma de Mila y de ... ¿Chloe se llamaba?, seguro que es una chiquillada, veréis como pronto aparecen las dos.

Entraba dentro de lo esperado que Anselmo lo negase todo.

Estrella se levantó y se dirigió a la ventana, llorando .

Anselmo fue a calmarla y en ese momento, Trebor también se levantó , fue a la librería y colocó una microcámara entre sus libros.

Estrella trataba de convencer a su tío que nada de eso era inventado, pero Anselmo seguía negándolo todo.

Trebor miró a Estrella y haciéndole un gesto, ambos se dirigieron a la puerta.

Quedaron con Anselmo para comer, y se marcharon.

miércoles, 9 de octubre de 2024

El Cubo Blanco , Capítulo 25

 Capítulo 25


Eran las 10 y no se habían levantado ni Estrella ni Emma, María seguía en paradero desconocido y Trebor había bajado en busca de una tienda donde comprar algo para el desayuno.

Cuando llegó al portal de vuelta con la compra, se encontró con María sentada en la puerta.

- Hola Trebor. ¿Tienes llaves? , salí esta mañana a pasear y conocer un poco Gadir y al volver he llamado al timbre, pero no contesta nadie.

- Sí, tengo llaves, dejó un par de juegos en la entrada antes de irse a dormir. Dijo Trebor.

Entraron al portal y mientras esperaban el ascensor, Trebor preguntó a María:

- ¿Conocías Gadir? ¿Te ha gustado? 

- No, no lo conocía, solo lo queme había contado Estrella, y lo que había leído por ahí. Es bonito, aunque solo he estado un par de horas, me ha encantado ir a la playa y pisar la arena. ¿Sabes?  En mi pueblo no tenemos playa, pero yo soy más de mar que de montaña.

Justo cuando Trebor le iba a preguntar por el chico con el que había hablado, el ascensor llegó a su destino.

Salieron y Trebor, que seguía con la duda, antes de abrir, preguntó.

- ¿Y a que hora te has ido? Porque yo me he levantado a las 9 y ya no estabas. 

María se quedó pensativa y respondió:

- No sé, acabaría de irme cuando te has levantado, las 9 menos algo, espero no haberte despertado al cerrar la puerta.

Al entrar Estrella y Emma estaban ya despiertas.

Trebor preparó café para todas, y desayunaron en silencio.