Fuera las caretas

Por fin se acabaron las navidades, esas "entrañables" fechas en la que nos deseamos todos felices fiestas, felices navidades, feliz año, felices reyes... sin importarnos nada que el receptor del mensaje tenga la peor cena de su vida, que los reyes no le dejen nada o que se atragante con una uva en las campanadas.
Por fin regresamos a los días normales del año en los que sonreimos a quien debemos, a los que de verdad se lo merecen y no a gente con la que no hablamos nunca, con gente a los que el resto del año ni les miramos al pasar, a los que no les sujetamos la puerta cuando llegan al portal, todo lo contrario, aceleramos el paso para no tenerles que aguantar en el ascensor.
Por fin se acabó la fiesta de la hipócresía, de la mentira, en la que las comidas familiares solo se llaman así por estar rodeados de gente que te relacionas por ser familia, pero que en caso contrario huirías de ellos como un poseso.
Se acabó el tener que andar huyendo de los hiper, porque si vas con tu niña siempre algún bocaza hablará más de la cuenta contando lo que le van a "traer" los reyes en su casa, creo que no hay que explicarlo.
Se acabaron los villancicos estúpidos, con letras estúpidas, que si  "Holanda ya se ve..."  ¿pero por donde vienen los reyes desde Oriente que pasan por Holanda? , que si: "Arre burro arre, vamos a belén, que mañana es fiesta y al otro también..." pues no, ya no es fiesta, que si hay puente llega Rajoy y te lo pasa al lunes...
Hipocresía la hay todo el año, pero estas fechas son la "fiesta de la hipocresía", regalos para gente que no te apetece, hay que hacerlos por decreto. Mentimos a nuestros hijos desde que nacen , como nos mintieron a nosotros nuestros padres...
Mentiras y más mentiras para mantener vivas tradiciones.
Mientras los sacerdotes, los que deberían parar esto , porque ellos son los instigadores de todo, mienten y piden, piden y mienten... hablan del espíritu de la Navidad, hablan de compartir, de abrir nuestros corazones, pero solo quieren que abramos nuestras carteras...
Por fin acabó todo, de nuevo volvemos a ser malencarados, maleducados, no hace falta sonreír, ni dar las gracias, ni pedir por favor, podremos volver a ser bordes, porque "ya no es navidad".
Por fin volveremos a la normalidad...