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viernes, 27 de enero de 2012

Carmelo Cotón. El hombre que dijo una vez...

Hola teclas, ante los cienes y cienes de correos, mensajes de twitter y facebook e incluso gente que me para por la calle para preguntarme sobre quien es Carmelo Cotón, he decidido compartirlo con vosotras.

La historia de Carmelo Cotón comienza un día que lo escuché en mi fiel compañera, la radio.
Los geniales "gomaespuma" muy dados a crear personajes con nombres especiales lo nombraron, a mi me gustó y decidí "adoptarlo" poniendolo como "decidor" de frases, que no es que no sean suyas, sino que más de la mitad son encontradas por internet, y el resto son producto de mi imaginación. Es facil saber cuales son las de cada clase... las malas son las mías.
A pesar de ello, Carmelo Cotón tiene una historia, su propia historia, y si seguís leyendo podréis conocerla:

Carmelo Cotón , cuando nació estaba solo en casa. Su madre había salido a hacer la compra y se había entretenido con la vecina de abajo charlando de sus cosas.
Cuando llegó la mujer a casa, se lo encontró viendo la tele, y allí lo dejó.
Esa fue su compañera durante su infancia... la tele.
Allí en donde Carmelo vivía, en una remota isla a la que sus habitantes llamaban simplemente Isla, solo había un canal, las teles eran en color, blanco, gris y negro, todos ellos en diferentes tonalidades...
Poco a poco Carmelo Cotón fue creciendo , y empezó a recopilar frases para soltarlas siempre en los momentos menos adecuados.
Estando en un velatorio , ante la típica frase de : "No somos nada" él respondió : "Nosotros tampoco, pero como dan café".
Pero lo suyo eran las frases, las apuntaba donde podía, le encantaba soltarlas, no eran suyas, pero quería hacerlas suyas, por eso siempre decía frases, intentaba ser original, pero es complicado serlo con frases de otros.
Tuvo dos hijos, uno se llamaba Alberto, todo el mundo le llamaba To , le encantaban los caballos, y puso una hípica. Los niños de las familias adineradas hacían cola por entrar en la ""Hípica de To Cotón".
El otro españolizó su apellido y puso una tiemda de ropa que poco a poco que haciéndose poderosa... se llamaba como él. Don Algodón.
Mientras Carmelo Cotón continuaba repitiendo frases , la mayoría sin sentido, otras fuera de sitio, pero nunca suyas...
Esa es la tonta historia de Carmelo Cotón, un hombre con una vida anodina, como lo es este escrito, que repetía las frases y que al menos "gomaespuma" y un servidor hemos decidido inmortalizarlo, ellos con su genial forma de hacer las cosas, y yo poniendo "su frase" noche tras noche en mi twitter.
Hasta luego teclas, otro día os cuento más cosas

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