sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

miércoles, 30 de octubre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 28

 Capítulo 28

Después de comer, una vez en casa.

María sacó el portátil y comenzó a teclear. 

Bajo la atenta mirada de Trebor, Emma y Estrella, que no separaban los ojos de la pantalla, María fue entrando en diferentes apartados de una página, hasta que llegó a una en la que salía el despacho de Anselmo en tiempo real.

En estos momentos no estaba, por lo que la imagen mostraba la mesa de escritorio y por medio de un gran angular, tres de las paredes del mismo.

Era un vídeo sin sonido.

María retrocedió en el tiempo de la imagen, hasta llegar al momento en que Estrella y Trebor hablaban con Anselmo.

Vieron la cara de Anselmo en el momento de decirle lo del rapto, lo que dijo e hizo a continuación, el idioma gestual demostraba que estaba nervioso y que estaba mintiendo cuando dijo que era una chiquillada, tal y como Trebor y Estrella ya lo habían presagiado en su momento.

Cuando Anselmo se había quedado solo, vieron en el vídeo que se dirigió a la pared donde había un cuadro, lo había descolgado, y mirando en su parte trasera, había sacado algo pequeño, que bien podría ser el pen drive que el "Cubo Blanco" estaba buscando.

Anselmo jugueteó inquieto con el pen drive entre las manos, mirando a todos los lados del despacho, como buscando un buen escondite para el mismo.

Finalmente colgó de nuevo el cuadro, y se acercó a otro pequeño cuadro en la pared de enfrente, este se "abrió como una puerta, dejando ver una pequeña caja fuerte tras él.

Anselmo tecleó una clave, 4721, lo hizo dos veces, y tras ello, una pequeña luz roja parpadeó junto al teclado numérico y acto seguido se quedó fija unos segundos, para que Anselmo tirando de una pequeña manilla abriera el mecanismo y con cuidado introdujese el pen drive en la caja fuerte camuflada.

Anselmo la cerró, se percató en dos ocasiones que estaba bien cerrada, miró a todos los lados, como si buscase a alguien y puso el pequeño cuadro en su sitio,

En un armario, al lado de su escritorio tenía otra caja fuerte, esta era grande, ostentosa, Anselmo sacó una llave del cajón, sacó otra de su manojo de llaves, donde tenía las de casa, e introduciendo ambas en las dos cerraduras de la caja, las giró, abriendo la caja y sacando unos documentos, y dejándolos encima de la mesa.

Cerró la caja y se puso a revisarlos, mirando una y otra vez el cuadro que escondía la caja fuerte del pendrive, con nerviosismo.

Trebor le dijo a María:


- ¿Puedes pasarlo rápido? 


María le dio a velocidad al vídeo, primero al doble, después al 4, al 8, al 12... solo se veía a Anselmo leyendo los documentos, pasando hojas, volviendo a releerlas, de vez en cuando miraba el móvil.

Así largo rato, hasta que miró a la puerta, y apareció de espaldas un hombre, de mediana edad, al que Anselmo parecía conocer, dado la sonrisa de su cara al recibirlo., aunque parecía una sonrisa forzada.

Estuvieron hablando unos minutos, Anselmo lo despidió dándole la mano serio, y al darse la vuelta, Trebor dijo en voz alta:


- Paralo, María. Dale para atrás.


En la pantalla aparecía el hombre que había ido a ver a Trebor al hotel, y lo más inquietante es que parecía estar mirando a la cámara con una sonrisa y gesto cómplice, como si supiese lo de la cámara.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Cubo Blanco, Capítulo 27

 Capítulo 27

Todo iba según lo previsto.

Cuando ya era la hora de comer, y Anselmo esperaba en el restaurante.

A los pocos minutos llegaron Trebor y Estrella, junto a Emma y María.

Anselmo al ver a María sintió que la conocía, en realidad a ella no, pero guardaba mucho parecido a alguien de su juventud.

Se hicieron las presentaciones, y mientras servían los platos, Trebor sacó el tema del secuestro, que Anselmo intentaba evitar a toda costa.

Anselmo insistía en que era una chiquillada, ganas de llamar la atención de Mila y Chloe, y repetía una y otra vez que no sabía nada del pendrive no del Cubo Blanco.

Estrella intentaba convencer a su tío, pero nada, seguía en sus trece.

La conversación iba subiendo de tono, hasta que en algún momento Emma tuvo que mediar, para que bajasen la voz, ya que medio restaurante estaba mirando a su mesa.

Trebor dio por zanjado el tema, y empezaron a hablar de temas canales, como lo bonito que era Gadir, que no lo conocía y que seguramente algún verano vendrían con Emma a pasar unos días .

Emma refrendaba lo dicho por Trebor.

La comida transcurrió más tranquila, aunque había miradas recelosas entre Estrella y su tío

miércoles, 16 de octubre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 26

 Capítulo 26

María se levantó de la mesa, recogió su taza y dijo que se iba a la cama, que estaba cansada del viaje y su salida matinal por la ciudad.

Emma dijo que aprovechando que Trebor y Estrella iban a ir a ver a su tío, se iría a dar un paseo por Gadir y que le llamasen al salir.

Trebor y Estrella , se quedaron solos en la cocina, y trazaron el plan a seguir para intentar conseguir el pen drive por las buenas o por las malas.

Una vez se pusieron de acuerdo en los detalles, salieron hacia la calle Vicenta Plana, donde estaban las oficinas de Galletas Estrella

Tras un corto recorrido de menos de un cuarto de hora, llegaron a unas bonitas oficinas , reformadas hace poco tiempo, en las que resaltaba un vistoso letrero , donde ponía, como no podía ser de otra manera, GALLETAS ESTRELLA.

Entraron y el conserje , aunque sorprendido por la visita, saludó amablemente a Estrella. 

- Buenos días Señorita Estrella, no la esperábamos esta mañana.

- Buenos días, dijo ella, casi sonrojándose, ¿Está mi tío?

- Sí, está en su despacho, ¿Quiere que lo avise?.

- No, déjalo, es una sorpresa.

Se acercaron al ascensor, ante la mirada curiosa del conserje.

Subieron al último piso, donde tenía el despacho Anselmo y tras saludas casi en un susurro al secretario, que estaba en su oficina del pasillo, y haciéndole un gesto de complicidad, de silencio, con una sonrisa, se encaminaron hasta la puerta.

- Toc, toc...

Tras un par de segundos, se oyó la voz de Anselmo que desde dentro, decía:

- Adelante.

Estrella entró la primera, cuando Anselmo la vio, tras la sorpresa inicial, sonrió y salió de detrás de la mesa a abrazar a su sobrina, sin reparar en la presencia de Trebor.

- ¿Pero que haces aquí sobrina? ¿Y quien es tu amigo? dijo mirando a Trebor.

- Buenos días, soy Trebor Santiago, dijo Trebor extendiendo la mano,

Anselmo se la dio con gesto serio.

Estrella se sentó, y pidió a sus interlocutores que hicieran lo mismo.

Estrella comenzó a hablar :

- Tío, voy a ir al grano, han secuestrado a Mila y...

- ¿Como? ¿secuestrado? ¿Cuando? ¿Por qué no me lo has dicho ?

- Espera tío, déjame explicarme, te decía que han secuestrado a Mila , fue hace una semana.

Después secuestraron a la hermana de Chloe, la hermana de Trebor, dijo señalando a su acompañante.

Nos han hecho saber qué son una organización llamada "El Cubo Blanco" ...

Anselmo palideció al escuchar ese nombre, y tratando de disimular, simuló un ataque de tos.

- Nos dijeron que mamá y papá no murieron de accidente , y que tú tienes un pendrive que ellos guardaban, y que el Cubo Blanco quieren recuperar.

Anselmo respiraba con dificultad, no sabía que decir, y al final arrancó.

- Mira Estrella, no sé de qué me estás hablando, tus padres fallecieron en un accidente de coche.

Yo no tengo ningún pendrive y no sé qué es eso del cubo blanco ni entiendo porque os han contado todo eso.

Seguro que es es una broma de Mila y de ... ¿Chloe se llamaba?, seguro que es una chiquillada, veréis como pronto aparecen las dos.

Entraba dentro de lo esperado que Anselmo lo negase todo.

Estrella se levantó y se dirigió a la ventana, llorando .

Anselmo fue a calmarla y en ese momento, Trebor también se levantó , fue a la librería y colocó una microcámara entre sus libros.

Estrella trataba de convencer a su tío que nada de eso era inventado, pero Anselmo seguía negándolo todo.

Trebor miró a Estrella y haciéndole un gesto, ambos se dirigieron a la puerta.

Quedaron con Anselmo para comer, y se marcharon.

miércoles, 9 de octubre de 2024

El Cubo Blanco , Capítulo 25

 Capítulo 25


Eran las 10 y no se habían levantado ni Estrella ni Emma, María seguía en paradero desconocido y Trebor había bajado en busca de una tienda donde comprar algo para el desayuno.

Cuando llegó al portal de vuelta con la compra, se encontró con María sentada en la puerta.

- Hola Trebor. ¿Tienes llaves? , salí esta mañana a pasear y conocer un poco Gadir y al volver he llamado al timbre, pero no contesta nadie.

- Sí, tengo llaves, dejó un par de juegos en la entrada antes de irse a dormir. Dijo Trebor.

Entraron al portal y mientras esperaban el ascensor, Trebor preguntó a María:

- ¿Conocías Gadir? ¿Te ha gustado? 

- No, no lo conocía, solo lo queme había contado Estrella, y lo que había leído por ahí. Es bonito, aunque solo he estado un par de horas, me ha encantado ir a la playa y pisar la arena. ¿Sabes?  En mi pueblo no tenemos playa, pero yo soy más de mar que de montaña.

Justo cuando Trebor le iba a preguntar por el chico con el que había hablado, el ascensor llegó a su destino.

Salieron y Trebor, que seguía con la duda, antes de abrir, preguntó.

- ¿Y a que hora te has ido? Porque yo me he levantado a las 9 y ya no estabas. 

María se quedó pensativa y respondió:

- No sé, acabaría de irme cuando te has levantado, las 9 menos algo, espero no haberte despertado al cerrar la puerta.

Al entrar Estrella y Emma estaban ya despiertas.

Trebor preparó café para todas, y desayunaron en silencio.


miércoles, 2 de octubre de 2024

El Cubo Blanco, Capitulo 24

Capítulo 24

 

Eran las 4 de la mañana, cuando llegaban a Beriniano, con Trebor ahora al volante, las tres mujeres dormitaban en sus asientos.

El viaje había sido muy largo, habían hablado, jugado en el móvil y hasta cantado, pero al final el sueño se había hecho presa de ellas y habían acabado sucumbiendo.

Trebor había dormido los ratos que Emma conducía y por eso era quien seguía despierto.

En Beriniano, y con ayuda del GPS llegaron a la Avenida Jaime Santiago García, donde estaba la casa de la familia de Estrella, ahora vacía.

Trebor aparcó cerca del portal, no había nadie en la calle, y despertó a Emma, que se desperezó dando los buenos días, sin saber exactamente qué hora era, ni donde estaban en realidad.

Las dos jóvenes, en sus asientos traseros empezaron a despertarse, Estrella miró la calle, que le evocaba a su niñez, mientras María miraba su móvil y escribía en él.

Salieron del coche y tras coger las maletas, fueron hacia el portal.

Un hombre que paseaba el perro les observaba a lo lejos.

 

El piso, un ático, de 6 habitaciones, 4 baños, decorado con gusto pero sin opulencias, olía a cerrado y polvo.

Estrella no había estado hace mucho tiempo y se notaba.

Se repartieron las habitaciones, les sobraban la mitad.

Y agotados del viaje, todos se fueron a dormir.

 

A las 8 de la mañana, Trebor se levantó, y salió a la terraza, unas preciosas vistas de la bahía de Beriniano se abrieron ante sus ojos.

De repente se fijó en una chica que parecía había salido del portal. Era María, que con su inseparable móvil caminaba alegremente por la acera.

De frente un chico joven, que al juntarse entabló conversación con ella.

María miro hacia atrás y hacia los lados varias veces y se separaron.