Por primera vez desde hace ya demasiadas temporadas los
zaragocistas tenemos un parón navideño sin sobresaltos e incluso sonriente.
Desde hace varias temporadas nuestro Real Zaragoza nos
amargaba las navidades, un año tras otro los nuestros se empeñaban en ponerse
el color de moda en navidades, el rojo, y se quedaban allí, debajo de la
clasificación, en la “zona roja” de peligro. ¿Estaría motivado porque en estas
fechas el frío aprieta y se está mejor “cerca del infierno”? No lo creo, pero
la verdad es que navidad tras navidad teníamos que ver a los nuestros
quemándose y quemándonos a nosotros , año tras año estas fechas eran las de los
posibles sustitutos del entrenador en cuestión, la de las cuentas para una
salvación , que se iba escapando ya en enero, la de pensar que los buenos
tiempos en los que nuestra meta era Europa habían pasado y la única alegría que
podían darnos era seguir otro año en primera…
El propietario de club se frotaba las manos con los nuevos
fichajes y las comisiones, algunos años llegaron hasta 9 con Nayim y Gay, todo
era reiterativo, equipo nuevo en diciembre –enero y vuelta a empezar.
Pero este año no, este año estamos a mitad de la tabla, lo
acabamos ganando en nada menos que la Catedral, el año que será derruida y sustituida
por el nuevo San Mamés, a escasos metros del viejo.
Con un equipo que cree en sí mismo, que Jiménez , ha sabido insuflar
su carácter, que sabe sufrir , pero que también sabe hacernos disfrutar.
Esto es otra cosa, los nuestros se dejan la piel en cada
partido, luchan hasta la extenuación, se sienten tan zaragocistas como los que
están en la grada con la camiseta, o al otro lado del monitor, como es mi caso.
Sienten su pertenencia al grupo, se han creído y hecho suyo lo que pone en el túnel de vestuarios y lo han
hecho suyo, “El Zaragoza es la afición”.
Por fin puedo encontrarme con la gente en los bares de mi
barrio y ver como son ellos los que bajan la cabeza, como para buscar a su
equipo en la clasificación. Esta vez no tengo que soportar chistes, más o menos
afortunados sobre si tengo el dedo manchado de tinta de mirar la clasificación,
que si tenemos que coger la clasificación al revés para ver que estamos en
Champions League …
Mientras son ellos, los comanches, los que pasarán unas
navidades en peligro, en el filo de la navaja, un filo en el que a pesar de
estar acostumbrados hace tiempo en el que no vivían en primera persona.
Por eso , para mí , “zaragocistamente hablando” estas son
unas Navidades felices, en las que echaré de menos el fútbol de los nuestros,
al contrario que otros años que casi era un sufrimiento constante , en los que
cada partido era una final ya desde estas alturas de temporada.
Por eso quiero desearos a todos los que me leéis, que
disfrutéis en compañía de la gente que os quiere, que paséis unas buenas
navidades, que , al menos este año, el Real Zaragoza no sea una preocupación,
sino un motivo para sonreír, que teniendo en cuenta lo que está cayendo nos
hace mucha falta a todos.
Y eso es todo desde tierra comanche hasta el año que viene a
todos.
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