Hola teclas, aquí os pongo parte del monólogo de Carlos Ansina (Onda Cero) en Zaragoza al realizar su programa de "La Brújula"
Podeís leerlo y escucharlo entero aquí:
http://blogs.ondacero.es/alsina/gente-aprende-sus-errores_2012042300213.html
o aquí
http://podcast.ondacero.es/mp_audios3/audios/ondacero.es/2012/04/23/00131.mp3
Aragón, que festeja hoy a San Jorge, caballero cristiano y mártir.
Quién no conoce la leyenda del caballero y el dragón, ¿verdad? Unos la sitúan en Capadocia, otros en Silca. Un dragón tenía aterrorizado a un reino. Cada día había que ofrecerle un sacrificio para que no subiera la prima de riesgo (perdón, para que no les atacara, destruyendo las casas e incendiando las calles). Primero le fueron entregando ovejas, corderos, terneras, pero se terminaron los animales y hubo que empezar con las personas. ¿Algún voluntario? Claro, nadie quería. Pero era susto o muerte, así que empezó el susto porque cada día le tocaba a alguien.
Semanas y semanas y semanas. Mientras los enviados al sacrificio fueron gente corriente -asalariados, funcionarios, pensionistas, universitarios-, el dragón se los merendaba y a otra cosa. Ah, pero un buen día en el sorteo de “quién pringa hoy” le tocó a la princesa. Ay, la princesa, tan dulce, tan bien vestida, tan delicada. Y tan suertuda, porque según iba la pobre al matadero mira tú por dónde se encontró con un valeroso caballero que le dijo: “aparta guapa y déjamelo a mí”. Y en estas, sacó la espada y mató al dragón de una estocada, así, con un par y un pis pas. Y se salvó la princesa. (Os dais cuenta de que hasta en las leyendas hay clases, eh. ¡Si eres princesa te salvas, Letizia!)
De la sangre que manaba de la herida mortal del bicho se formó una rosa que el caballero, Jorge, regaló a la dama. Ésta, agradecida, le regaló un libro porque se dio cuenta de que al caballero le sobraba valor pero igual le faltaba cultura, digo yo. En Palacio, naturalmente, se alegraron mucho porque una princesa viva siempre es más útil que una princesa devorada, pero en el pueblo la gente lo que empezó a decir es: “esta caballero ya podía haber aparecido antes, ¿no?, con la cantidad de plebeyos que hemos sido triturados”. Y el caballero, que era muy bueno y por eso acabarían haciéndole santo, admitió que debía haber estado más despierto y pronunció una frase que en el pueblo nunca han olvidado: A lo mejor os suena. Dijo: “Me he equivocado. Lo siento. No volverá a ocurrir”. Él también quedó como un rey.
Hasta luego teclas, otro día os cuento más cosas.
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