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martes, 8 de junio de 2010

Don Terracoto

Hola teclas, aquí estoy otra vez
Como no tengo ánimos de escribir, recupero una historia que los foreros de RZFans recordarán emocionados.
Yo que vosotras pasaría de ellas, pero si la leéis no quiero quejas.

He decidido contaros la vida de Don Terracoto, un santo Varón, casto como el que más que tuvo una vida ejemplar a la par de ejemplarizante donde las haya.
Don Terracoto ya de niño era virgen, no os creáis que eso era fácil, ya que en su poblado ningún niño quería ser virgen , vamos ninguno lo era , como mucho San José o pastorcillo, pero virgen NUNCA.
Con el paso de los años , como es natural , nuestro protagonista fue creciendo creciendo, hasta alcanzar la pubertad, fue en ese mismo instante, cuando se le empezaron a cubrir de vello las partes pudendas cuando se dio cuenta que lo de ser virgen tenía que acabarse, y decidió cambiar de vida, cojio su ropa, se despidió de sus seres queridos, vamos se despidió del perro de los vecinos que era el único con el que jugaba y cuando este le hubo pegado su última dentellada se marchó de su pueblo sin tan siquiera mirar atrás.
Pronto empezó a vivir aventuras, como por ejemplo cuando se encontró con un erizo, Terracoto lo miró y le dijo :
- Hola Señor Erizo, ¿Podría indicarme por donde se va a la Gran Ciudad?
El erizo le miró y continuó su camino sin ni siquiera contestarle.
Terracoto pensó :
- Que mala suerte tengo, me he tenido que cruzar con el único erizo sordo del bosque.
Después se encontró con un loro, que se había escapado de una casa cercana. Y le preguntó:
- Hola Señor Loro, ¿Podría decirme por donde se va a la Gran Ciudad?
El loro le miró y le dijo:
- Lorito Real , Lorito Real.
Terracoto lo intentó varias veces, pero siempre consiguió la misma respuesta.
Al final el loro se alejó volando y Terracoto le siguió.
El loro llegó a un estanque, y Terracoto tenia mucha sed, por lo que decidió llenar su cantimplora. En ello estaba cuando de repente vio como de un gran tubo salia un cristalino chorrito de agua, él llenó allí su cantimplora, y decidió seguir el extraño tubo.
Lo siguió durante días y días y al final llegó a la gran ciudad, casi no le quedaba agua, bueno en realidad él creía que era una poción mágica , ya que a pesar de tener un extraño sabor , él notaba que cada trago que bebía de ea pequeña cantimplora de 20 litros, sus fuerzas crecían y le daba ánimos para seguir caminado.
El tubo acababa en un gran depósito, en la parte de arriba ponía : DEPURADORA MUNICIPAL DE EXCREMENTOS HUMANOS, Terracoto no lo leyó, no sabía leer, pero eso sí , volvió a llenar su cantimplora.
Y cuando llegó a la Gran Ciudad se dio cuenta de una cosa, que aunque él no sabia leer alguno que si sabia se había leído todo este rollo esperando a ver como terminaba esta chorrada de historia.

Hasta otra , teclas, os aseguro que otro día contaré cosas mejores.

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