sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

miércoles, 27 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 32

 Capítulo 32



Cuando Estrella llegó a casa ya estaban todos esperando.

Se sentaron todos en el comedor y Estrella les puso al día de todo lo que le había dicho su tío.

Que sus padres y sus tíos habían estado unidos al Cubo Blanco, que se salieron, que recibieron amenazas, que también sospecha que sus padres fueron asesinados .

Pero no les dijo nada de la copia del pendrive. Su tío le había dicho que no lo contase, que no se fiase de nadie y así lo hizo.

A María la conocía hace un año y medio,  se habían conocido en internet, cuando respondió al anuncio que puso Estrella pidiendo compañera para compartir su piso en Jorgebro.

Y a Trebor y Emma en realidad apenas los conocía , solo sabía que también habían secuestrado a su hermana Chloe y poco más.

Una vez les había contado lo de su tío Anselmo, se quedaron unos minutos en silencio mirándose , asimilando la información.

Lo importante ahora es que suelten a Chloe y a Mila . Lo demás en realidad no importa, dijo Trebor.

Las tres mujeres estuvieron de acuerdo.

Ahora había que esperar a que los del Cubo Blanco se pusieran en contacto con ellos , para concertar el intercambio.

Como si les estuviesen vigilando, o tal vez lo estaban haciendo, dos mensajes llegaron simultáneamente a los móviles de Estrella y Trebor .

En los dos ponía lo mismo: 

- Está tarde, a las 18 horas, en la calle Aurora , junto al banco de piedra. Traer el pendrive , venir los 4.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 31

 Capítulo 31

Trebor, Emma y María, esperaban la llamada de Estrella, para saber que le había contado Anselmo.

Así mismo Trebor estaba pendiente de su Telegram por si le llegaba alguna instrucción sobre donde debía entregar el pendrive, y sobre todo pensaba en su hermana Chloe y su próxima liberación.

Pero los móviles no sonaban y la espera se estaba haciendo inaguantable.

Trebor estaba de los nervios y decidió salir a la calle, aunque fuera al parque que se divisaba desde la terraza, la temperatura era agradable, la gente paseaba bajo la sombra de los árboles, los niños correteaban y en un pipican cercano, varios perros jugueteaban mientras sus dueños hablaban de ellos como si de unos niños se tratasen.

Emma decidió acompañarle, y María se quedó en casa siguiendo por el ordenador la reunión de Anselmo y Estrella, aunque sin sonido, ya que la cámara que habían colocado carecía de micrófono.

Cuando Trebor y Emma llegaron al parque, y comenzaron el paseo nerviosos, no vieron como María los observaba desde la terraza.

Sacó el móvil y escribió: 

- Ya tenemos el pendrive, Lo guarda Trebor, Estrella está ahora con Anselmo. Ya me diréis que hay que hacer ahora.

Una vez que recibió un escueto OK, borró el mensaje y tras guardar el móvil regresó al comedor, donde en la pantalla del pc se veía a Anselmo hablando de espaldas a la cámara ya Estrella mirando a la misma como intentando decir algo, pero María no era capaz de leer en los labios de la chica que quería decir.

Vio que Anselmo colgaba y con una sonrisa acompañaba a Estrella fuera del despacho. La puerta del mismo quedaba fuera de pantalla, y durante más de 15 minutos nadie entró en el mismo.

Estrella llamó a María una vez fuera de la fábrica:

- María, ¿estáis todos juntos? Os tengo que contar varias cosas.

- No, dijo María, estoy sola, Trebor y Emma se han ido a tomar el aire, no soportaban la espera. ¿No puedes adelantarme algo?

- Mejor cuando estemos todos. Voy para casa, ya aviso a Emma y Trebor que voy. Y Estrella colgó.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 30

 Capítulo 30


Muy temprano sonó el móvil de Estrella. La pantalla iluminada mostraba TÍO ANSELMO.

Estrella se imaginaba el motivo de la llamada, por lo que esperó un poco y con voz de dormida , cogió el móvil.

- ¿Sí? , ¿Qué pasa tío? ¿Qué hora es?

Al otro lado la voz de su tío sonó muy seria :

- Estrella, necesito verte , ahora.

- ¿Ahora, pero que pasa ? Si son , hizo una pausa , para mirar el reloj, las 7 y media. 

- Ya lo sé, pero necesito que venga ya a la fábrica.

- Vale , dame media hora, me preparo y voy.

- Bien, pero date prisa, es importante.

Estrella colgó y despertó a Emma y Trebor , así como a María , para contarles lo de la llamada.

Trebor se ofreció a acompañarla, pero Estrella declinó la invitación, debía ir sola.

Trebor, lo aceptó y tocó en su bolsillo el pendrive y sonrió.

Media hora después, Estrella con cara sería entraba en el despacho de  Anselmo.

Este le esperaba con una cara más seria aún .

- Siéntate, le dijo, señalando la silla frente a la que él se encontraba.

Estrella se sentó.

- ¿Pero que pasa, a que vienen las prisas y esa cara tan seria ?

- Mira Estrella. No he sido sincero contigo.

Es cierto que el accidente de tus padres fue extraño. La Guardia Civil no llegó a ninguna conclusión, pero creo que no fue un accidente. 

Otro coche estuvo implicado, que fue el que los sacó de la carretera.

- ¿Y porqué no me lo dijiste?

-Eras pequeña, y no era algo que se pudiera probar.

Déjame seguir, por favor, esto es muy difícil para mí.

De jóvenes , tu padre y yo , contactamos con una organización, sí, esa que imaginas, el cubo blanco.

Ellos se encargaron de hacer que Galletas Estrella se hiciese un hueco en el mercado.

Pero a cambio, Galletas Estrella tenía que darles parte de sus beneficios.

En realidad no es nada extraño, ellos nos ayudaban y se les pagaba por esa ayuda.

Pero con el tiempo descubrimos que detrás de él Cubo Blanco , había mucho más que un grupo inversor.

En realidad era un grupo delictivo, secuestraban, extorsionaban e incluso llegaban a asesinar si era necesario para sus intereses.

Decidimos , tus padres , tu tía Aurora y yo, desligarnos de ellos.

No eran, no son, trigo limpio, pero como en todas las sectas, lo difícil es salir.

Nos amenazaron con hundir el negocio, con hacernos daño...

Tu padre tenía información muy valiosa, con los nombres de personas muy importantes implicadas en el cubo blanco, y estaba toda en el pendrive que os mandaron recuperar.

Tu padre lo escondió y solo nosotros tres sabíamos donde estaba. Era nuestro seguro de vida, o eso creíamos.

Hasta que un fatídico día llegó el accidente de tus padres.

Como accidente lo tomamos todos, hasta que un mes después, volví a recibir amenazas.

Dejé escrito en mi testamento que si yo moría en accidente o extrañas circunstancias, ese pendrive se enviará a la prensa y se lo dije al Cubo Blanco.

Pensaba que era la manera de que me dejasen en paz, pero ya veo que no.

Cuando llegaste con ese hombre, no te podía decir nada, no sé quién es ese desconocido ni el motivo de porque lo han metido en este lío.

Pero está noche, alguien ha entrado en mi despacho y me han quitado el pendrive, bueno, una copia, porque hay otra en una caja de seguridad de un banco.

Estrella, escuchaba con mucha atención cada una de las palabras de Anselmo.

Cuando ya las había asimilado, le dijo:

- ¿Y ahora, que pasará con Mila y con Chloe? 

- No sé quién es Chloe, pero a Mila la soltarán ya tienen lo que quieren, aunque lo de la copia no debe salir de aquí.

En esos momentos, sonó el teléfono de Anselmo.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

El Cubo Blanco , capítulo 29

 Capítulo 29

Ya sabían donde estaba en pen Drive, sabían la contraseña de la caja , pero no sabían cómo llegar hasta él si no le daba acceso el propio Anselmo.

Esa noche , decidieron dar una vuelta por el polígono, buscando como entrar.

Fueron los cuatro, aparcaron a un par de calles de la fábrica.

Al acercarse vieron varias cámaras, rodeando el recinto , tal y como ya les había dicho Estrella. 

En la caseta de la entrada, un vigilante de seguridad escuchaba la radio mientras leía un libro, a la espera de la entrada o salida de algún camión.

De pronto , vieron que un camión de "Galletas Estrella" se acercaba despacio por la carretera principal.

El camionero pasó por su lado sin mirarles , Trebor dió una carrera y de un salto se encaramó al pescante del camión, Emma hizo lo mismo.

Las dos jóvenes se quedaron expectantes sin saber que hacer, pero Emma les hizo un gesto de que esperasen allí.

El camión llegó a la entrada y se estuvo.

El camionero, saludó por su nombre al Vigilante.

- Buenas noches, Carlos.

El vigilante, sin apenas levantar la vista del libro que estaba leyendo, saludó con la mano y activó el mando de la puerta.

La puerta se abrió lentamente , Trebor y Emma bajaron del pescante y se pusieron en el costado del camión, deseando que el conductor no mirase por el retrovisor.

Una vez dentro se encaminaron con precaución a las oficinas, mientras el camión se dirigía directamente al almacén.

La seguridad era mínima en el interior , y tras comprobar varias ventanas, una cedió. 

Se quedaron unos instantes parados esperando , por si saltaba una alarma, pero nada.

Mandaron un telegram a Estrella, para que les avisara en caso de er que el vigilante hacía algún movimiento sospechoso.

Entraron por la ventana de la planta baja, y Trebor delante, ya que había estado en las oficinas, se dirigió al despacho de Anselmo.

Un nuevo problema al llegar, la puerta estaba cerrada con llave, pero después de haber llegado hasta allí, no podían dejarlo.

Fueron al despacho del secretario, y comenzaron a registrar cajones. 

Bingo, Emma encontró unas llaves, que ponían simplemente "jefe" .

Efectivamente, eran las llaves del despacho de Anselmo.

Una vez en el interior del mismo, , fueron al pequeño cuadro que habían visto esta mañana con la cámara, y descubrieron la pequeña caja fuerte.

47214721 y se abrió.

En la caja solo estaba el pen drive, un pequeño pendrive blanco.

Rápidamente, lo cogieron , cerraron todo y al salir un mensaje de Estrella. 

Cuidado, va para allí el vigilante.

Carlos, el vigilante se acercaba a las oficinas, Trebor y Emma entraron en pánico.

Oyeron como la cerradura de la puerta principal giraba dos veces, se abría la puerta y Carlos enfilaba el pasillo hacia la máquina de cafés.

Oyeron como Carlos echaba las monedas a la máquina, se oyó el ruido de los botones y segundos después el ruido de la máquina poniendo el café.

Era el momento, Trebor y Emma bajaron las escaleras con sigilo, pero todo lo deprisa que podían , y al llegar a la puerta vieron las llaves colgando.

Salieron, cerraron la puerta muy muy despacio y cerraron con llave. Sacaron el llavero de la cerradura, lo tiraron lejos y comenzaron a correr hacia la entrada.

Entraron en la caseta y accionaron la puerta de entrada, corriendo como alma que lleva el diablo hasta el coche, una vez allí, agotados, entraron al coche y sin apenas poder hablar dijeron entre ahogos:

- Vamos arranca, arranca.

Estrella obedeció y se alejaron del polígono.

martes, 5 de noviembre de 2024

Hasta siempre Laureano

Te has ido sin hacer ruido, como viviste. 

No lo necesitaste, no te hacía falta levantar la voz, eras más de escuchar que de hablar, porque siempre estuviste ahí para lo que hiciera falta.

En casa con tu familia, en el trabajo en la Sanders, en tu cofradía de "La Cruz a Cuestas", en San Alberto, tu parroquia, en Aitonak, en las hermanitas de los pobres, en la tómbola de caritas, en la vaguada... En donde estuvieras y pudieras echar una mano, ahí estabas tú el primero. Porque cuando te entregabas a algo, lo hacías a fondo.

Una vida que empezaba en Larragueta, pero pronto fuiste a Iza, el que considerabas tu pueblo.

Allí conociste a Aurora, la mujer de tu vida, en todos los sentidos.

Trabajaste en la Sanders, donde hiciste de todo, de chofer, porteador de sacos, mecánico... Y ahí fue donde una máquina de la fábrica te cortó cuatro dedos de tu mano derecha.

Pese a ser mediados del siglo pasado, los médicos consiguieron reimplantártelos, aunque uno no agarró bien y hubo que quitarlo de nuevo.

Con esos 4 cuatro dedos, eras capaz de hacer más cosas que muchos con 10.

Siempre tenías que hacer algo, mientras el cuerpo te dejó, las herramientas fueron tus mejores amigas, poco a poco la vida te fue debilitando, y ni aún así dejaste el taladro pero aunque tus manos ya no te respondías igual, y la vista fallaba, seguías haciendo pulseras y llaveros con hilos, que luego repartías a todo el mundo, y recibías los agradecimientos siempre con una sonrisa.

Porque así eras tú, pocas veces te hemos visto enfadado, bueno sí, cuando algo de tus trabajos de carpintería, fontanería...Porque tú le dabas a todo, se te apoderaban y no te salían a la primera, pero era eso, te podías enfadar con los tornillos, con el taladro, no con las personas.

Eras un hombre bueno, de los pocos que de verdad lo son, sin pliegues ni dobles caras, un hombre bueno, no se te puede definir mejor.

Te has ido como eras, sin dar trabajo, sin levantar la voz, poquico a poco, como siempre, sin molestar.

Ahora estarás de nuevo con tu hija Blanca y con tu mujer, tú compañera de vida , Aurora. 

Hasta siempre Laureano.