Cuando vi como el Rayo metía su segundo gol, un gol que nos dejaba sin lo que la semana pasada yo daba a llamar , “Rayo de esperanza” el mundo se me vino encima.
Yo confiaba en la victoria y así se lo había dicho a todo el que quería escucharme.
Pero no fue así, otra puñalada más en nuestro ya casi moribundo corazón zaragocista.
Digo casi, porque al menos yo, y por lo que he podido ver en “la red” no soy el único que aunque asumimos que solo un milagro o más por semana podría hacer que año que viene sigamos entre los grandes, nuestro zaragocismo es inversamente proporcional a las ganas que tenemos de ver a Agapito lejos de todo lo que suene a Real Zaragoza.
Hoy hablaba con mi padre, (no zaragocista), del Real Zaragoza, de la plantilla que tenemos, de los que Agapito ha ido devorando en el tiempo que lleva en nuestro equipo, como ha “acabado” con gente como Zapater. Que no será un jugadorazo, pero no es peor de lo que tenemos. Y seguro que es mucho más zaragocista que la mayoría de los que ahora saltan al campo con la camiseta del león.
De cómo ha minado nuestra imagen, de ser un equipo querido por toda España, de que toda España sepa como fue el “gol de Nayim” a poco “futbolero” que sean, a no conocer a ninguno de nuestra plantilla, e incluso desear nuestro descenso, porque les debemos dinero, porque tenemos un presidente que miente, que estafa o simplemente no paga a sus propios jugadores.
De cómo algunos jugadores dicen NO al Real Zaragoza , cuando antes era un destino más que apetecible….
Pero yo me niego a pensar que nuestro tiempo se ha acabado, que vamos a morir sin luchar…
Algunos ya han dejado de hacerlo, la Romareda prácticamente vacia, con menos de media entrada, dice mucho de esa sensación de hastío que tienen los abonados.
Se sigue protestando contra Agapito, seguimos saliendo en los medios por ello, pero a Agapito le da lo mismo, él no va a la Romareda , para “evitar distracciones” de la afición. Pero resulta que lo único que nos hace “distraernos” de lo que de verdad debería importar , que es nuestro equipo, el que está sobre el campo, es su simple existencia como dueño del Real Zaragoza.
A veces pienso que es mejor no saber nada, limitarse a ver los partidos, sin pensar en todo lo que rodea a nuestro equipo, los fichajes y contrafichajes para sacar dinero, los “autoalquileres” de oficinas para seguir exprimiendo al Real Zaragoza, ver como los mejores de la cantera se quedan en el banquillo, porque simplemente quieres castigarlos, y tantas y tantas cosas, que sería mejor no saber y que me entero, a través de internet , a veces porque lo leo, sin más, otras me lo cuentan amigos con los que me relaciono, y que están muy bien informados.
Estoy harto de sufrir, pero me niego a pensar que los jugadores no tienen más amor propio, no tienen más testiculina que la demostrada y van a dejar que el Real Zaragoza baje sin haber intentado , al menos, evitarlo hasta el último partido, o hasta que las matemáticas digan lo contrario.
Porque , pase lo que pase, sea como fuera, desde este rinconcico de Tierra comanche, mientras mi corazón me lata, gritará: “Zaragoza nunca se rinde “ , casi tan fuerte como “Agapito vete ya”.
Deja de machacarnos, y si hemos de morir. Déjanos hacerlo con dignidad.
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