Hasta siempre abuela Ángeles

Mi abuela Ángeles nos ha dejado.

Se ha ido como vivió, en silencio, apenas sin hacer ruido.
Ella era una mujer buena, jamás le oí hablar mal de nadie.
Vivió muchos años a la vera de mi abuelo Bene, un hombre bueno, pero con mucho carácter. Ella era la paz y el sosiego que mi abuelo necesitaba. Cuando él faltó, tras más de 64 años de convivencia , muchos pensamos que ella no iba a soportar su ausencia.
Pero ella siguió a su paso, sin apenas molestar. Sentada frente a la tele con subtitulos ya que la sordera que padecía le impedía oir muchas de las cosas que la rodeaban.
Le hablabas , y aunque no te entendiese, sonreía. Veía a sus bisnietas y sonreía, estaba en el hospital, le dolía casi todo el cuerpo, le decías que estaba muy guapa y sonreia.
Era una mujer de muy pocas palabras. Su sordera le impedía llevar una conversación normal, pero siempre asentía cuando con monosílabos o frases cortas le contábamos cosas.
Tenía una presencia que llenaba la habitación, ella no necesitaba hablar, te miraba, sonreía ...
Cuando más lo hacía era cuando veía a sus bisnietas, entonces su sonrisa se volvía aún más alegre, las miraba haciendo cosa a su alrededor, les acariciaba, con solo eso ella era feliz.


Ahora abuela, quiero decirte algo bajito, muy bajito, como te lo podía decir hace años, antes de que la sordera limitase tu contacto con el sonido, aunque nada limitase tu capacidad para transmitir paz, tranquilidad, a todos los que te rodeábamos.
Lamento no haberte dedicado más tiempo, lo siento de veras. Sé que cada vez que íbamos a verte con tus bisnietas disfrutabas, aunque solo las miraras con tu sonrisa, aunque no pudieses oírlas apenas, aunque no pudiese preguntarles todo lo que quisieras porque creías que no les ibas a oír.
Gracias abuela por ser tu, parca en palabras, poco expresiva como las gentes de las montañas de Olagüe, en el norte de Navarra, como tu padre, pero todo corazón.
No te hacía falta ser expresiva, te bastaba con tu sonrisa. Esa sonrisa que iluminaba tu cara y con ella la habitación entera.
Te quiero abuela, sé que quizás sea tarde para decírtelo, pero tu ya lo sabías, cada vez que al llegar a verte de daba un beso, cada vez que te decía lo guapa que estabas, entonces ya lo sabías.


Solo añadir, lo que escribímos mi padre y yo  "de tu parte" para dar las gracias a todos los que acudieron a despedirte en tu funeral:


Quiero agradecer , en nombre de la familia , vuestra presencia en esta misa funeral por el eterno descanso de la abuela Ángeles a la edad de 91 años.
Como ella vivió en silencio y sin hacer ruido , nos ha dejado en su barrio de Rinaldi en el que vivió durante 44 años.
En Rinaldi vivió con su marido Bene y en él vio crecer a sus hijos, nietos y bisnietos.
Sabemos que deja aquí muchos y buenos amigos, que estáis arropándonos en estos momentos  por la muerte de Ángeles, nuestra abuela, pero a la vez con este sentimiento de alegría , porque hasta el último momento de su vida hizo lo que deseaba rodeada de su familia hasta que Dios ha querído llevársela a su seno.
Gracias por vuestra amistad en nombre de todos nosotros.
Ahora solo nos queda rezar una oración por su alma.
Sabemos que desde el cielo , que es donde seguro se encuentra en estos momentos , nos estará viendo a todos,y  estará muy contenta y feliz de vernos aquí a todos juntos recordándola.
Seguro que allá arriba, en el cielo, estará mirándonos de la mano de su marido, el abuelo Bene, con el que compartió 64 años de vida y ahora compartirá la vida eterna.
Una vez más , daros las gracias por haber venido, en nombre de toda la familia.


Y para terminar:
Abuela Ángeles, queremos darte las gracias , por tus sonrisas, por tus miradas, por tu cariño, por tus desvelos, por tus palabras, por tus silencios, gracias abuela por tu vida.
Abuela, te queremos.