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lunes, 20 de junio de 2011

Yo tengo un perro que me odia

Sí, ya sé que os sonará un poco la letra, hay que cambiar un par de cosas para que resulte, pero aunque tenga amigos que me aman, o al menos me aprecien, e incluso alguno de ellos se llamen Jesús, la historia que os voy a contar no es sobre Jesús y mucho menos sobre amigos, más bien todo lo contrario.
La historia es de un perro que me ha cogido manía, vive muy cerca mío, pero me odia, con todas las fuerzas con las que un perro puede odiar a un humano.
La historia comenzó una fría tarde de invierno, yo iba como todos los días a las 16:30 horas a recoger a mi peque al cole. Para ello tengo que atravesar un parque franqueado por chalets unifamiliares. En todos ellos hay un jardín, más o menos grande.
En muchos hay perros que están jugando , durmiendo o simplemente están.
En uno de esos unifamiliares todos los días un perro, el perro protagonista de la historia , pasaba sus tardes en las que el tiempo acompañaba, desde lejos, muy lejos ya se escuchaban sus estremecedores ladridos, en el silencio del parque solo se le oía a él, ladraba y ladraba sin parar.
Al principio yo pasaba de largo, ni lo miraba. Él tras la valla seguía a lo suyo , ladraba a todo lo que se movía y a lo que no.
Ya me estaba cargando el perro con sus ladridos, ladraba , ladraba, era agobiante... por lo que un día decidí, amparado por la valla de más de dos metros que nos separaba darle un escarmiento.
Nada de tirarle piedras , nada de infligirle ningún dolor, no va conmigo.
Se trataba solo de darle un susto, a ver si así se daba cuenta de lo pesado que era, que es, porque sigue en lo suyo.
Uno de esos días, que ya regresaba con mi niña, le dije que se parara, el perro estaba a lo suyo, ladra que te ladra... Me paré en seco , justo antes de llegar hasta el comienzo de la valla de su jardín, me puse tras la columna, el perro ladra que te ladra, cuando lo oigo que está cerca de la columna a en la que yo estaba escondido : Salgo de mi escondite y BUUUUUH , al perro le doy el susto más grande de su vida, él intenta correr hacia atrás, pero llevado por el miedo da dos pasos y cae, de repente recupera el ánimo, y con los ojos inyectados en sangre ladra con furia hacia mi, yo sigo mi camino riendo, mi hija rodea la valla como si no me conociera de nada, (ella teme a los perros) y seguimos nuestro camino, yo no podía evitar reírme de la situación, mi hija no decía nada, me miraba extrañada, solo podía decir:
 "Vaya susto que le has dado papá"
Ese día había triunfado, maldito perro, seguía ladrando a lo lejos, no le gustó la broma, pero yo aún sonrío pensando en ella.
Lo malo es que mi perro , el de mi historia es un perro rencoroso, muy rencoroso, y no olvida.
Otro día lo vi a lo lejos, ya había pasado más de un mes, iba con su dueño , atado, paseando cerca de su casa, yo ni le miré, de repente , sus ojos de nuevo se volvieron hacia mi , con el odio marcado, creí ver al perro del "día de la bestia" de cerca... Pegó un tirón de la correa tensándola, el dueño empezó a gritarle, hablarle intentando calmarlo, mientras no se explicaba lo que le pasaba, me miraba y me decía:
"Que raro, nunca hace esto"
Yo callaba y no dejaba de caminar, confiando en que la correa no cediera, y que el dueño consiguiera calmarlo...
Otro día , hacía mucho frío, yo con mi gorrico de lana, mi bufanda tapándome la cara, doblo una esquina y allí estaba de nuevo la "bestia asesina", paseando, de repente me mira, sigue y se da la vuelta, "me había reconocido" , de nuevo esos ojos, de nuevo la correa tensa, de nuevo el dueño sujetando con fuerza impidió que la tarde acabara en tragedia , yo ni lo miré, ni paré, volví a acelerar mi paso confiando de nuevo en que el dueño no soltara, la correa aguantara y que el perro se calmara...
Pasaron los meses, he pasado muchas veces cerca de la valla , por suerte no estaba el perro, si está doy un rodeo, no quiero fomentar su odio, pero un día, pasados ya 3 meses del último episodio, pasamos por cerca de la casa. En la valla han puesto unas chapas de manera que no se vea lo que hay dentro, pero al pasar un poco alejado de esta , cojo ángulo y lo veo subido encima de unas escaleras, no hubiera sido problema si él, el perro no me hubiese visto a mi.
Antes de que nos diéramos cuenta, el perro, de nuevo el perro bajó las escaleras y golpeando con todas sus fuerzas la chapa, ladrando con toda la fuerza que es capaz, intenta arremeter contra mi.
Mi hija corre alejándose, yo me alejo, sin correr, no quiero seguir en la lucha.
Lo único claro es que , además de haber demostrado su memoria, y su odio hacia mi, solo tengo que dar las gracias a que en lugar de ser un perro como el de la foto de arriba sea uno de esos que no levantan un palmo del suelo, porque sino sería para asustarse, de veras.


Bueno teclas, una vez que he dejado claro que a veces soy pérfido y malvado, me despido de vosotras hasta otro día que os contaré más cosas.

7 comentarios:

  1. Cobarde, mide tus fuerzas con un igual, tu gigante y el enano, te creí mas valiente. Cómo se nota que no conoces a los canes, nos enseñan tantas cosas, siempre que queramos aprender, claro, como todo en esta vida, hay que poner voluntad, y propiciar la comunicación, sino, eso es lo que pasa, el RENCOR crece.
    Cuidate,y el próximo día que pases por su lado, echale una galletita, sin azucar por supuesto, verás como te perdona, se conforman con tan poco.......

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  2. perdón se me ha olvidado un pequeño detalle, respecto al titulo "Yo tengo un perrro.....", creo y es mi humilde opinión: Tu No Tienes un Perro, tu tienes que enmendar el mal ejemplo que le has dado a tu hija, sin querer has prolongado en ella tus miedos y tus nervios. Los niños viene en blanco, y queriendo o "sin querer" todos hacemos anotaciones, así que ya sabes, "una galletita", delante de tu hija, para que vea que los perros tambien sienten, y saben reconocer, mejor que nosotros a los amigos, y a los que no lo son. Se me ve el plumero, verdad?, se nota que tengo perro no?. Un beso "casto", que hace mucho que no te envío ninguno. Hasta pronto teclas ... compartidas

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  3. Loli, mira, te voy a contar varias cosas.
    Lo primero se trataba de contar una historia graciosa, sobre un perro , con perdón TOCAPELOTAS, que si fuera vecino mío ya le había puesto una denuncia, por molestar a todos los vecinos con sus ladridos a la hora de la siesta (el que la haga).
    Por otro lado, se merecía un escarmiento, no creo que darle un susto sea de tal repercusión como para guardármela durante meses, y espera, que me la va a guardar de por vida.
    Tercero, creo que lo que mi hija debe aprender es que en esta vida, si te portas bien con la gente , la gente se portará bien contigo (aunque muchas veces no sea así), pero si eres un pelma, que solo haces que gritar a todo el mundo, no esperes del resto del mundo galletitas sin azucar, lo único que puedes esperar es que te lleves un susto.
    Es más, la verdad es que no me importaría que me mordiera un poco, para poder denunciarlo y al menos dejar de aguantar sus asquerosos ladridos.
    A mi me encantan los animales, te puedo asegurar que a muchos los trato como a las personas, si me das una sonrisa te la devuelvo, pero si me das un ladrido, no esperes la galletita ni con, ni sin azucar, espera otro ladrido.
    Por cierto, si llega a ser un perrolobo seguramente el susto se lo hubiera llevado igual.
    Desde luego pienso que no he dado mal ejemplo, mi peque sabe que si tu tratas mal a los animales ellos lo harán contigo, así como que si un animal te trata mal no puede esperar que tu no seas recíproco.
    Los animales , como las personas no son todos iguales, cada uno tiene que recibir lo que se merece, y este bicharraco recibió mucho menos de lo merecido.
    Un beso casto Loli, espero que no te siente mal lo dicho, es solo mi forma de ver las cosas, ni mejor ni peor que la tuya, solo diferentes.

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  4. Me gustan mucho los perros (yo he tenido tres), una vecina de mi madre tiene uno de esos enanos que muerde a todo el que se le acerca sin que tu hagas nada por molestarlo ,no te lo tomes a mal lola , pero yo creo que la galletita se las tendria que dar su dueña mientras le enseña a comportarse y no los vecinos.
    Entretenido relato amigo

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  5. Roberto, sabes qué?, que TIENES TODA LA RAZÓN DEL MUNDO, entono mi "mea culpa", ¡¡¡ PERDÓN !!!, La verdad, es que no he sabido entender tu mensaje, hay perros "tocapelotas", vecinos "tocapelotas", compañeros "tocapelotas", amigos "tocapelotas" y ciertamente no se merecen más que un buen susto o que alguien valiente, les ponga en su sitio.
    Randy, ok, ya has leido no?
    La próxima vez, pondré mas atención.

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  6. Hola Loli, mi idea era esa, contar una historia sobre un perro muy pesado.
    No me creo ni más valiente ni menos por haberle pegado un susto al bichejo ese, porque los animales me encantan, pero como tu dices, alguno se merece un susto, nada cruel ni doloroso, simple y llanamente eso, un susto, y eso es lo que recibió.
    Me alegra que lo hayas entendido, porque mi intención no era crear polémica sino contar una historia que a mi me parece graciosa, aunque tenga su fondo de "moraleja"
    Beso casto

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  7. Gracias Randy, amigo, se agradece cualquier comentario positivo y más si es de un buen amigo ;-)

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liztormail@gmail.com