sɐsoɔ әnb әs әɯ uɐʌ opuәᴉɹɹnɔo , lɐʇ zәʌ ou uɐƃuәʇ ᴉu sәᴉd ᴉu ɐzәqɐɔ , oɹәd ᴉsɐ ʎos oʎ , ɐ sәɔәʌ oɔol , ɐ sәɔәʌ un oɔod ···

miércoles, 4 de septiembre de 2024

El Cubo Blanco, Capítulo 20

 Capítulo 20

 


Un minuto después, toc, toc, toc....

 

Golpearon la puerta de la habitación.

Trebor se levantó de la cama donde se había sentado. Fue hasta la puerta, y abriendo con una sonrisa dijo:

 

Emma, sabía que no podías irte enfad...  ¿Eh, quién es usted?

 

En la puerta había un hombre de unos cuarenta años, al que Trebor no había visto en su vida.

 

Hola, buenas tardes.

Necesitamos hablar con usted, y explicarle que está pasando exactamente. ¿Puedo pasar?

 

Trebor, aún sorprendido, asintió y cedió el paso al extraño.

 

-No importa mi nombre, vengo a enseñarle una cosa.

Siéntese , por favor.

 

Trebor, no sabía por qué, el tono de ese desconocido le hacía estar tranquilo, no sé sentía amenazado, algo le empujaba a obedecer.

Se sentó en la cama.

 

El desconocido, sacó una tablet, la encendió y se la mostró a Trebor, en ella se veía la imagen de una habitación blanca, con una mesa y una chica sentada a ella comiendo.

La cámara cambió de escena, y se acercó de frente a la chica, Trebor enseguida descubrió que la chica era Chloe, parecía ajena a la cámara, tenía buen aspecto y comía con avidez. 

De la tablet salió una voz :

- Hola Trebor, como puedes ver, Chloe está bien, sigue nuestras instrucciones y no le pasará nada.

Tienes que llamar a Estrella y convencerla para ir a Beriniano, a hablar con su tío Anselmo , tenéis que convencerle entre ambos, que la vida de Chloe y Mila dependen de él.

Anselmo tiene en su poder un lápiz de memoria, en dicho pendrive hay información que nos hace vulnerables y necesitamos destruir.

Tenéis que conseguirlo, por las buenas o por las malas, hacer lo que sea, pero o lográis que os lo de o no volveréis a ver a las dos chicas con vida.

 

La pantalla se apagó, el desconocido guardó la tablet y señalando la pistola que tenía en la cintura, dijo a Trebor.

 

- Espero que haya entendido que esto es muy serio, que como hasta ahora, no debe avisar a la policía, y que debe cumplir con lo que le pedimos.

 

Trebor mirando la pistola, sabiendo que no servía de nada oponerse, asintió en silencio.

 

El desconocido, se marchó sin decir nada más, dejando a Trebor en la habitación, sentado en su cama.

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